Revista Andes, Antropología e Historia
Vol. 1, Nº 31, Enero-Junio de 2020
Esta obra está bajo licencia de Creative
Commons Atribución - No Comercial CC BY-NC
https://creativecommons.org/licenses/by-nc/4.0/ ISSN Nº 1668-8090
LA LARGA DURACIÓN DEL PAISAJE: UN ACERCAMIENTO
A LA
MULTITEMPORALIDAD EN LA PAYA,
VALLE CALCHAQUÍ, SALTA
THE LONG-TERM DURATION OF
LANDSCAPE: AN APPROACH
TO MULTI-TEMPORALITY AT LA PAYA,
CALCHAQUÍ VALLEY, SALTA
Marina Sprovieri
CONICET – UNLP
División Arqueología
Facultad de Ciencias Naturales y Museo
Universidad Nacional de La Plata
Argentina
msprovieri@fcnym.unlp.edu.ar
Santiago Barbich
CONICET
División Arqueología
Facultad de Ciencias Naturales y
Museo
Universidad Nacional de La Plata
Argentina
noestusombra@gmail.com
Sebastián Cohen
Área Etnografía
Museo Etnográfico “J. B. Ambrosetti”
Facultad de Filosofía y Letras, UBA
Argentina
sebafcohen@hotmail.com
Fecha de ingreso: 12/07/19
Fecha de aceptación: 28/02/20
Resumen
En este trabajo buscamos contribuir a la reflexión sobre la
temporalidad del paisaje social desde nuestra experiencia de investigación en
La Paya (valle Calchaquí, Salta), a partir de la cual se nos manifestó un
particular entrecruzamiento entre pasado y presente. Reflexionando sobre el uso
del concepto de tiempo en arqueología, nos proponemos una perspectiva de larga
duración que trascienda los recortes cronológicos arbitrarios de las
disciplinas.
El desarrollo de distintas líneas de trabajo en La Paya y alrededores,
que incluyen trabajo estrictamente arqueológico, análisis de materiales “etnográficos” y
trabajo conjunto con la Comunidad Diaguita Kallchakí de La Paya, nos permitió
ver un paisaje constituido por una infinidad de tiempos, personas,
materialidades y espacios yuxtapuestos, difíciles de observar por
separado.
Consideramos que este enfoque puede ayudarnos a superar
recortes temporales, enriqueciendo el conocimiento sobre este paisaje social, y
generando discusiones más abiertas, plurales y reflexivas. Asimismo, este
abordaje posee implicancias en las narrativas que genera la arqueología, las
cuales pueden posicionarse en consonancia con las realidades y reclamos de las
comunidades originarias que habitan el territorio.
Palabras claves: Multitemporalidad,
Paisaje, Perspectiva de larga duración, Narrativas arqueológicas, Valle
Calchaquí
Abstract
The aim of this paper is to contribute to rethink the
temporality of social landscape, which, based on our research experience in La
Paya (Calchaquí Valley, Salta), has shown an intersection between past and
present. Discussing the use of the concept of time in archeology, we propose a
long-term perspective that goes beyond the arbitrary chronological approaches
used in archaeology and other social sciences.
The progress in different lines of work in La Paya and
its surroundings, which include strictly archaeological work, analysis of
"ethnographic" materials and collaborative work with the Diaguita
Kallchakí community of La Paya, allowed us to see a landscape made up of an
infinity of elements, people, materials, temporalities and juxtaposed spaces,
which are difficult to observe separately.
We believe that such approach can help us to overcome
arbitrary chronological boundaries, enriching knowledge about this social
landscape, and generating more open, plural and reflexive discussions. Also,
this perspective has implications in the narratives generated by archeology,
which may be in relation with the claims and social realities of the native
communities that inhabit the territory.
Keywords: Multi-temporality,
Landscape, Long-term perspective, Archaeological narratives, Calchaquí Valley
Introducción
En términos académicos estrictos, desarrollamos
investigaciones arqueológicas en el sector central del valle Calchaquí,
provincia de Salta, Argentina, en relación a sociedades que habitaron la zona
durante los siglos X y XVI. El objetivo general de nuestro proyecto apunta a
distinguir la especificidad y variabilidad de las manifestaciones materiales y
los procesos históricos tardíos en la región de estudio, así como su inserción
en los procesos socio-históricos del Noroeste argentino y de los Andes Centro
Sur. Sin embargo, no ignoramos las limitaciones que implican los recortes de
una investigación (tanto el disciplinar, como el espacial o el temporal, entre
muchos otros posibles), porque entendemos que los procesos sociales trascienden
los hechos puntuales y están entramados en una compleja y dinámica red de
relaciones entre actores, objetos, contextos, tiempos, eventos, espacios, etc.[1].
Respecto a la dimensión temporal de estos procesos, Braudel[2] planteó que los
fenómenos sociales-históricos, aquellos que involucran estructuras y
organizaciones sociales y colectivas, poseen una duración larga; a diferencia
de los eventos de duración corta y media que se vinculan con episodios de los
individuos y la vida cotidiana. Esa larga duración enlaza el pasado con el
presente, haciendo que la frontera entre ellos sea fluctuante y dinámica. Por
ende, la apreciación de los fenómenos inmersos en ese flujo requiere de una
perspectiva temporal amplia que busque información sobre los movimientos, los
cambios y las continuidades en una “larga serie retrospectiva”[3]. Esto es
especialmente así para la arqueología, ya que se enfrenta a fenómenos y
prácticas producidos en un tiempo largo promediado, sobre los que no sólo han
actuado una serie de procesos naturales y culturales en el pasado sino que
siguen ocurriendo en el presente. Este escenario complejo nos plantea la
necesidad de problematizar el tiempo y buscar comprender procesos sociales en
contextos más amplios, superando recortes temporales tradicionales.
El objetivo de este trabajo es plantear nuestra actual
postura sobre la temporalidad de los procesos que estudiamos, la cual se ha ido
conformando en el devenir de nuestra experiencia de investigación, y que
consideramos nos permite ofrecer visiones más amplias y globales de los
fenómenos sociales. Para ello primero revisamos el uso del concepto de tiempo
en arqueología, discutiendo su carácter lineal, objetivo y universal. Luego,
presentamos una multiplicidad de dimensiones y elementos que pudimos ir
rescatando durante nuestra práctica concreta y que nos ha mostrado un
entrecruzamiento entre pasado y presente, un complejo entramado de tiempos que
no sería apreciable si nos restringiéramos a las secuencias y límites
temporales que se construyen desde la academia. Estas experiencias y
reflexiones se relacionan con el trabajo que realizamos en el “sitio
arqueológico” La Paya, que se encuentra dentro del territorio de una de las
comunidades del Pueblo Diaguita Kallchakí de la región, que hasta el día de hoy
luchan por el reconocimiento de su ancestralidad, el respeto de sus prácticas
culturales y el uso y ocupación del territorio.
Por último, buscamos también reflexionar sobre cómo esta
perspectiva sobre la temporalidad puede influir en las narrativas que produce
la arqueología para generar un conocimiento más plural, horizontal y reflexivo.
El tiempo en arqueología: del fechado “absoluto”
hacia la multitemporalidad
Los cuestionamientos sobre las maneras de entender el tiempo
se encuentran presentes a lo largo de toda la historia de la filosofía y la
ciencia. Dentro de la arqueología, se lo ha entendido principalmente de dos
maneras. En primer lugar, para las teorías procesuales, el tiempo aparece como
una dimensión objetiva, universal, lineal y medible en términos casi absolutos,
como una línea uniforme que tiene una direccionalidad y es factible de
dividirse en unidades discretas[4]. De esta manera, se
plantea una separación tajante entre pasado y presente, entre un sistema
cultural (contexto sistémico, dinámico) y un contexto arqueológico (estático,
distorsionado), en el que los objetos arqueológicos pertenecen únicamente al
pasado y poseen atributos temporales que pueden ser medidos y fechados. Al
constituir dos momentos separados, cuando observamos el contexto arqueológico,
hay una información faltante que sólo puede salvarse estudiando los procesos
post-depositacionales[5]. En una arqueología
entendida de esta manera subyace la concepción de la existencia de un pasado
objetivo, de una verdad a la cual puede accederse sumando evidencia. Los
arqueólogos, así, seríamos los encargados de dar luz sobre ese pasado apagado[6].
Esta construcción es producto de un momento histórico
particular y de una matriz conceptual que se desprende de la cronométrica del
capitalismo y está fundamentada sobre la mercantilización del tiempo. En este
caso, la temporalidad no sería otra cosa que el cálculo para organizar y
programar el trabajo, una herramienta unificadora creada para medir y comparar
labores que en la práctica no son comparables. Dentro de esta ideología, basada
en términos de producción, el tiempo es dinero[7].
Sin embargo, otras perspectivas teóricas consideran que el
tiempo no es uno solo ni es reductible a una única referencia, sino que existen
múltiples temporalidades que se entrelazan[8]. Es decir, un evento
no está aislado, encadenado linealmente a otro o encasillado en un fechado,
sino que refiere constantemente a otros eventos pasados, presentes o futuros[9].
Esta permeabilidad entre pasado y presente se manifiesta con
mucha claridad en la práctica arqueológica debido a una cualidad fundamental de
la cultura material: su durabilidad. Sólo los objetos son eventos que, habiendo
ocurrido en el pasado, sobreviven físicamente en el presente. A través de su
fisicalidad, los objetos proveen un enlace hacia ese pasado y, de esta manera,
el pasado puede ser re-experimentado[10]. El objeto
arqueológico es multitemporal[11], pero el tiempo no
radica en el objeto en sí mismo sino en las prácticas en las que participa. De
esta manera, en lugar de referirnos a una distancia temporal sobre una línea,
debemos referirnos a una densidad de relaciones en las prácticas[12].
Los objetos, entonces, se constituyen de manera relacional,
es decir, no son entidades independientes ni tienen propiedades puras y
predeterminadas; durante su existencia material transitan o atraviesan
diferentes significaciones de acuerdo con los entramados que van creando junto a
otros entes. Cada uno de estos entes, sean seres, cosas o espacios, es en sí
mismo un conjunto de relaciones en movimiento y nunca un nudo fijo en esa trama[13]. De esta manera, se
constituyen redes de referencialidad, o “past-present systems”[14], dentro de las cuales
cada elemento se relaciona con otros, encadenados a través del espacio y el
tiempo[15]. Dichas redes quedan
incorporadas en un paisaje social, dando forma a un “taskscape”[16], un espacio donde todas las
prácticas y elementos están fundidos en un entretejido social que no
puede reducirse ni anclarse con exclusividad al pasado o al presente[17] (Figura 1). A ese paisaje social es al
que nos acercamos y experimentamos como arqueólogxs.
Figura 1: Constitución relacional del paisaje social
Desde esta perspectiva, la arqueología ya no busca construir
tipos de explicaciones progresivas o lineales o informar sobre un pasado
cerrado y concluido, sino acercarse a las múltiples temporalidades que atraviesan
un paisaje o un fenómeno y a los entramados de relaciones detrás de ellos.
Tiempos y paisajes kallchakíes
En los últimos años, nuestras investigaciones en el valle
Calchaquí central se han focalizado en el “sitio arqueológico” La Paya. El
mismo se ubica unos 10 km al sur de la localidad de Cachi, en una terraza en la
boca de la quebrada de La Paya que desemboca en el río Calchaquí (Figura 2). De
acuerdo a la información arqueológica, se trata de un poblado conglomerado que
fue habitado entre los siglos X y XVI[18],
constituido por más de 550 recintos de paredes de piedra de forma
sub-rectangular, más de 250 cistas sub-circulares, y recorrido por senderos de
circulación interna[19]. Entre los recintos
se destaca una estructura rectangular de 13 x 4 m aproximadamente, denominada
Casa Morada, de características arquitectónicas inkaicas y construida con
bloques de arenisca roja, material no disponible en las cercanías del sitio[20]. El conjunto de
estructuras que componen el sitio se encuentra rodeado de una muralla perimetral,
sin embargo, existen otros recintos y cistas por fuera de la misma,
principalmente hacia el oeste[21]. Este poblado
constituye hoy en día parte del territorio de la Comunidad Diaguita Kallchakí
de La Paya, relevado según la Ley 26.160, y es considerado por la comunidad
como una Ciudad Sagrada.
Figura 2:
Ubicación del “sitio arqueológico” La Paya en el valle Calchaquí
Fuente:
Sprovieri y Barbich 2017.
Nuestros objetivos de investigación apuntan a la distinción
de la especificidad y variabilidad que tuvieron las manifestaciones materiales
y los procesos históricos tardíos en la región de estudio, indagando en la
relación entre objetos, lugares y personas. Nuestras investigaciones se
iniciaron con un fuerte enfoque en el trabajo arqueológico, el cual ha sido la
fuente del mayor caudal de información que hemos ido recabando en estos años.
Sin embargo, el desarrollo de esos trabajos nos enfrentó a la necesidad de
complementar con estudios de otros tipos de materiales y procesos que, a
priori, podrían corresponder a temporalidades diferentes a las que estudia la
arqueología.
En los párrafos siguientes resumimos brevemente objetivos,
actividades e información vinculada a las distintas líneas de análisis que
estamos desarrollando, a fin de mostrar el trabajo existente detrás de las
reflexiones y de los aspectos materiales y prácticas que presentamos en
secciones posteriores.
Respecto a la línea de
trabajo estrictamente arqueológica, esta involucra el estudio detenido del
asentamiento de La Paya a nivel espacial y material. Desarrollamos
relevamientos planimétricos de sectores específicos del sitio para aproximarnos
a su estructuración espacial y a las maneras de organización del poblado. Hemos
relevado con nivel óptico un sector del asentamiento que fue foco de
investigaciones de rescate en 1981 por P. P. Díaz, el cual comprendió 23
recintos[22].
En base al análisis del plano resultante, podemos señalar que este sector
presenta estructuras que pueden diferenciarse según su composición
(simples/compuestas), su comunicación entre sí y con el exterior mediante
aberturas y sus tamaños; características que resultan relevantes para avanzar
en la comprensión de cómo habrían sido utilizados estos diversos espacios y de
la estructuración general del sitio, sugiriendo a priori la existencia de
espacios de diferentes características al interior del sitio y potencialmente
diversas funcionalidades[23].
Asimismo, hemos
realizado prospecciones en los alrededores del asentamiento para integrarlo a
un paisaje más amplio, que no se restrinja a sus límites establecidos por la
muralla que lo rodea. Este relevamiento, realizado a partir de posicionamiento
mediante GPS, permitió ir creando un “mapa” de la relación del sitio en sí con
otros espacios y rasgos destacados del paisaje. Ya es conocida la existencia
del sitio Guitián (con una importante ocupación durante el Período Inka), de
emplazamiento inmediato a La Paya, pero además nos fue posible registrar rasgos
como bloques de petroglifos, el cerro que limita por el sur el sitio, otra
serie de estructuras arqueológicas alrededor de la comunidad actual de La Paya
(unos 5 km al oeste del sitio) y la localización de una fuente de arcilla
utilizada por los artesanos de la comunidad en la actualidad. Esto permite
entender el asentamiento de La Paya como un paisaje integral y constituido por
distintos tipos de elementos[24].
Paralelamente, estamos
desarrollando distintas actividades en función de recuperar diversos materiales
y reconstruir contextos y prácticas desarrolladas en espacios particulares del
sitio. Dado que las investigaciones en La Paya se han enfocado, generalmente,
en los contextos funerarios, nuestro interés es avanzar en el abordaje de otros
tipos de contextos, por ejemplo residenciales o productivos, para obtener una
visión más global de la dinámica de ocupación del sitio. Para ello hemos
comenzado por recuperar información inédita producto de intervenciones
anteriores sobre el sitio. Consideramos esta última una tarea fundamental que
nos permite aprovechar y potenciar la información ya disponible, reanalizarla
desde nuevas perspectivas y objetivos e integrarla al nuevo conocimiento que se
genera sobre las poblaciones que habitaron La Paya. A su vez, nos permite hacer
un acercamiento paulatino y con intervenciones discretas[25].
Al momento nos hemos enfocado en las excavaciones de rescate realizadas por
Díaz, que mencionamos anteriormente. Producto de las mismas se reunió un
conjunto de piezas completas y materiales fragmentarios que fueron registrados
en las libretas de campo de dicho investigador. Nuestra revisión de esa
documentación y el análisis directo de esos materiales, permitió establecer que
dicho conjunto está compuesto por vasijas cerámicas, puntas de proyectil de
obsidiana, restos de pigmentos (ocre), artefactos de molienda, entre otros, y a
su vez reconstruir la distribución de los hallazgos al interior de los recintos
excavados[26].
Los datos disponibles no nos han permitido
identificar patrones
diferenciales de distribución de materiales entre los mismos. En general, se
trata de evidencias de actividades domésticas como el procesamiento, cocción y
preparación de alimentos, el almacenamiento de productos y el descarte de
desechos, así como del desarrollo de prácticas funerarias[27].
Asimismo, para continuar indagando en la estructuración de
prácticas y espacios cotidianos al interior del asentamiento, realizamos
excavaciones parciales de dos recintos en dos sectores diferentes del sitio[28].
De acuerdo a los primeros resultados obtenidos podemos señalar que debido a las
dimensiones, características arquitectónicas y materialidad de ambos recintos
intervenidos, se trataría de contextos fundamentalmente de vivienda que
funcionaban a modo de patio, en los que se estarían desarrollando actividades
cotidianas como molienda, cocción y consumo de alimentos, producción de
instrumental lítico y posiblemente, también cerámica[29].
Finalmente, estamos
realizando estudios específicos sobre materiales obtenidos producto de
excavación y de colecciones de museo a fin de indagar sobre su origen,
producción, circulación y consumo. Con respecto a la cerámica, estamos buscando
establecer la especificidad de la alfarería del valle Calchaquí, a partir del
estudio detallado de la colección La Paya que obtuviera Ambrosetti[30].
A nivel estilístico, se reconoció la existencia y características de distintas
variantes alfareras como la santamariana-calchaquí, la negra pulida, la
ordinaria y otras vasijas de tradición local de manufactura. Además, se
identificaron estilos Inka Provincial, Inka Paya o Casa Morada Polícromo, y
algunos alóctonos como Pacajes, Diaguita Chileno, Yavi, etc.[31].
En especial, se abordó el estudio de la cerámica negra pulida tardía de la
región, el cual permitió reconocer 13 formas correspondientes a escudillas,
ollas, botellas, cuencos y platos Por otra parte, su estudio comparativo
permitió identificar semejanzas con ejemplares de la Quebrada del Toro y tal
vez del valle de Lerma, convirtiéndose en un posible indicador de vinculación
entre las sociedades de estas regiones[32].
A nivel de la
producción cerámica, se están desarrollando estudios de las pastas, que al
momento se encuentran centrados en el conjunto ordinario. Los mismos están
mostrado variabilidad en las pastas con que se manufacturaron vasijas
ordinarias[33].
A su vez, estamos explorando los procesos de obtención de materia prima a
partir de la prospección de fuentes de arcilla y la toma de muestras que serán
cotejadas con las muestras arqueológicas[34].
Otras materialidades
analizadas son los conjuntos de artefactos y materias primas líticas. Los
mismos se recuperaron de contextos de tipo residenciales/domésticos y de
contextos funerarios. Los análisis tecno-morfológicos señalan una producción de
baja inversión de trabajo y orientada a la satisfacción de tareas domésticas,
con acceso y consumo uniforme de materiales líticos entre las unidades
domésticas de sitios del valle y entre ellos[35].
Con relación a la obsidiana en particular, se ha generado información más
específica sobre su aprovisionamiento. En La Paya, hemos identificado obsidiana
procedente de al menos tres fuentes: Ona-Las Cuevas, Salar del Hombre Muerto y
Zapaleri, las dos primeras localizadas en la puna sur y la última en la puna
norte[36].
También, nos encontramos analizando las producciones
artesanales en madera. La colección de La Paya se destaca por su alta
conservación de materiales orgánicos que eran parte de los ajuares de las
tumbas excavadas por Ambrosetti. Para indagar en los procesos de obtención y
circulación de materias primas, hemos desarrollado estudios xilológicos de
parte de esos objetos, lo que permitió identificar maderas semejantes a géneros
presentes en el valle Calchaquí, y otras que se asemejan a especímenes que se
desarrollan en la zona de Yungas, al oriente del valle. Estos resultados
evidencian la existencia de circuitos por los que ingresaron al valle Calchaquí
recursos y/o artefactos de las Yungas, que vincularon a las sociedades
calchaquíes con otras zonas y poblaciones[37].
A su vez, realizamos
análisis desde una perspectiva estilística de conjuntos específicos de objetos
de madera. Uno de ellos fueron las tabletas y tubos de inhalación de
alucinógenos, de los cuales La Paya posee una de las mayores colecciones del
Noroeste argentino. Su análisis morfológico e iconográfico junto a su
comparación con artefactos similares de otras regiones del Noroeste argentino y
de los Andes del Sur permitió establecer la existencia de estrechas semejanzas
morfológicas e iconográficas con ejemplares de la región del río Loa en el
norte de Chile, de la puna jujeña y de la Quebrada de Humahuaca. Esto parece
sugerir la existencia de una esfera de circulación de ideas y/o bienes que
involucra el valle Calchaquí, la región del río Loa y otras zonas del NOA (puna
de Jujuy y Quebrada de Humahuaca) en época tardía[38];
esfera que no integraría, al menos de la misma manera, a los oasis de San Pedro
de Atacama[39].
Por
último, se han estudiado el conjunto de torteros de La Paya y de otros sitios
del valle Calchaquí, manufacturados mayoritariamente en madera pero también en
piedra, hueso y cerámica, de diversas formas y con tallados geométricos o
figurativos. Esto habilitó la realización de un análisis estilístico que
reconoció 17 variantes, una de las cuales, la más numerosa, mostró un fuerte
regionalismo, sugiriendo la existencia de tradiciones de manufactura propias
del valle Calchaquí[40].
A su vez, la comparación de las distintas variantes con piezas de otras
regiones permitió la identificación de semejanzas, con torteros de la Quebrada
del Toro, el valle de Lerma, la puna de Jujuy, Santiago del Estero y el sitio
de Potrero Chaquiago, principalmente. Desde estos diferentes resultados se
sugiere la presencia de variantes propias del valle Calchaquí y otras indicativas
de diversos procesos de circulación interregional durante la época tardía[41].
El avance de estas investigaciones arqueológicas nos
permitió formar un corpus significativo de información sobre materialidades,
espacialidades y prácticas kallchakíes que, sin embargo, nos resultaba limitado
para indagar en la relación entre todos esos elementos en el tiempo,
especialmente a partir del inicio de los trabajos y experiencias de campo en La
Paya. Por eso nos vimos en la necesidad de superar las limitaciones
disciplinares y adentrarnos en otras líneas de indagación que involucren otro
tipo de materialidades. Esas líneas, aunque en desarrollo, nos permiten ir
aproximándonos a procesos sociales de más larga duración. Al momento, hemos trabajado con un
conjunto de objetos que fueron obtenidos durante la Primera Expedición
Arqueológica de la Universidad de Buenos Aires a Pampa Grande (valle de Lerma,
Provincia de Salta) dirigida por J. B. Ambrosetti en 1904[42]. Estos objetos,
fueron ingresados a las colecciones del Museo Etnográfico “J. B. Ambrosetti” de
Buenos Aires (MEJBA) y registrados como “etnográficos”, dado que se encontraban
“en uso” por parte de los pueblos que los habían fabricado[43].
Se trata de piezas de
cerámica, madera y hueso, de las que analizamos sus características
morfológicas, tecnológicas y estilísticas. Dentro del conjunto cerámico se
encuentran 3 vasijas de diferentes formas, una jarrita, una con múltiples bocas
y otra ornitomorfa, y 7 figurinas, 6 de ellas zoomorfas que representan aves de
corral, ovinos/caprinos o camélidos, y 1 que combina una figura antropomorfa de
un jinete sobre un caballo. La pieza restante de esta colección es un tortero
de hueso fabricado sobre la cabeza de un fémur animal y su huso en madera.
Respecto a sus contextos de asociación y procedencia, hemos relevado el
Catálogo del Área de Colecciones Etnográficas del MEJBA y la publicación de
Ambrosetti (1906) sobre la Expedición. En esta última, hemos podido constatar
que tales piezas proceden de unas pequeñas localidades en el valle de Lerma,
Churcal y Chuquiyaco, y que fueron adquiridas de sus pobladores[44],
donde se afirma que “No de la Pampa Grande
precisamente, sino del Churcal, localidad situada unas tres leguas ó quince
kilómetros más al Norte, son los ejemplares nros. 4 y 5 de la fig. 151, que
adquirimos junto a varios objetos de los vecinos del lugar.”[45].
Por su parte, del Catálogo se pudo recuperar otra información relativa al uso
de las figurinas, de las cuales se asentaba que eran utilizadas en los
nacimientos, es decir, en los pesebres. A su vez, podemos señalar que las tres
vasijas muestran características idénticas de pasta lo que manifiesta que
fueron manufacturadas en conjunto y por lo tanto adquiridas de una misma
persona o familia[46].
Finalmente, la tercera línea de análisis que estamos
desarrollando se vincula con el trabajo conjunto con la Comunidad Diaguita
Kallchakí de La Paya, el cual, basado en una construcción colectiva, busca
integrar diferentes conocimientos, intereses y expectativas respecto a
materialidades, lugares y prácticas kallchakíes. Con esto apuntamos a indagar
en los procesos de continuidad y ruptura de prácticas artesanales tradicionales
y espacialidades involucradas en la región, de manera que se fomente el manejo
del patrimonio cultural regional para el desarrollo comunitario. Las prácticas
artesanales suponen la producción de objetos realizados a partir del trabajo
humano, con herramientas y maquinaria relativamente sencillas, y vinculados en
el espacio físico-natural-histórico-cultural en el que son fabricadas[47].
Pueden, por ejemplo, integrar esferas de intercambio mercantil o bien también
participar en procesos de fortalecimiento identitario de las comunidades y de
recuperación de prácticas ancestrales[48].
Es así que, en la actualidad, las artesanías, concebidas ya sea como bienes
patrimoniales, como objetos de consumo, o en la multiplicidad de significados
que puedan adquirir, atraviesan complejos circuitos de producción, circulación
y consumo y expresan, simultáneamente, valores simbólicos y valores de cambio[49].
De esta manera, nos
focalizamos en un espacio social donde distintos aspectos y procesos confluyen
para conformar un objeto, su significación y sus posibilidades de uso. Los
objetos trascienden sus aspectos funcionales o características físicas para
circular y convivir simultáneamente dentro de esferas diversas: como objetos de
estudio, bienes patrimoniales nacionales, recursos para construir la memoria
histórica, objetos de consumo, recursos turísticos, manifestaciones materiales
de preexistencia ancestral, etc. La complejidad de este escenario, donde se
insertan las producciones materiales de las sociedades pasadas y actuales,
requiere de una construcción colectiva de conocimiento sobre esas producciones,
sus valoraciones y usos. Buscando generar espacios para dicha construcción
colectiva es que hemos realizado entrevistas semi-direccionadas a artesanos y
otros miembros de la comunidad, indagando en los procesos producción y uso de
vasijas cerámicas con técnicas tradicionales, en las tecnologías textil y de
producción de objetos de madera y cuero y en las maneras en que esas
producciones se han incorporado a diversas esferas de la de la práctica social
y su variabilidad o no en el tiempo. Realizamos, también, talleres en las
escuelas de la zona, enfocándonos en la continuidad de la representación de
símbolos diaguitas, del uso de recipientes cerámicos en contextos cotidianos y
de los “modos de hacer” que
los alumnos recordaban de sus mayores y cómo han ido cambiando o manteniendo
sus formas a lo largo del tiempo. Otro aspecto de este trabajo lo
constituye la realización de recorridas conjuntas por La Paya y otros “sitios”
como espacios con arte rupestre, fuentes de materias primas, el mismo
territorio de la comunidad de La Paya, con miembros de la misma y con alumnos
de las escuelas de la zona buscando reconocer y destacar distintos espacios con
significancias y utilizaciones diversas que se vinculan con el presente y el
pasado[50].
Dimensiones superpuestas en La Paya
En el devenir de
nuestro trabajo, resumido previamente, la incorporación y desarrollo de
diferentes líneas de trabajo en La Paya y sus alrededores nos permitió ir
reconociendo un tejido complejo de distintas dimensiones y elementos
superpuestos que no habrían sido apreciables en una investigación estrictamente
enmarcada en los recortes temporales y materiales tradicionalmente aplicados en
arqueología. En tales dimensiones se reconocerán diversos aspectos materiales y
prácticas, desarrolladas y significadas por múltiples sujetos en espacios y
tiempos variados, que se conjugan de manera simultánea para conformar parte del
paisaje social de La Paya. A continuación desarrollamos algunas de ellas a fin
de ilustrar esa multiplicidad y superposición de temporalidades que nos
llevaron a reflexionar y pensar el tiempo y las escalas temporales de los
procesos que estudiamos de una manera diferente.
Para la Arqueología, La Paya fue un poblado construido y
habitado en el pasado, más específicamente, durante el Período de Desarrollos
Regionales (1000-1450 AD), según indican fechados radiocarbónicos[51]y distintos estudios
de su materialidad[52]. La continuidad de su
ocupación durante el Período Inka es atestiguada por la presencia de la “Casa
Morada”, estructura de diseño inkaico, así como por múltiples hallazgos
materiales y sus relaciones con otros sitios o espacios desarrollados por el
Tawantinsuyu en la región[53].
A su vez, podría considerarse que La Paya es un ícono de la
arqueología argentina. Hace más de 100 años, se convirtió en objeto de estudio
científico al ser el foco de extensas excavaciones durante las Segunda y
Tercera Expediciones Arqueológicas de la Universidad de Buenos Aires dirigidas
por J. B. Ambrosetti en 1906 y 1907 (Figura 3A). Esto inauguró una serie de
estudios arqueológicos que se continuaron con los trabajos de Difrieri a fines
de la década de 1940, quién desarrolló las primeras excavaciones
estratigráficas que resultaron en la identificación de una superposición de
tres niveles con materiales arqueológicos diferenciados[54]. Posteriormente,
nuevos trabajos se reanudaron en 1981, en primer lugar, con excavaciones de
rescate en un sector del asentamiento realizadas por P. P. Díaz, y, en segundo
lugar, con excavaciones realizadas por A. R. González y P. P. Díaz en la Casa
Morada y edificios aledaños[55]. Por su parte, L.
Baldini realizó dos sondeos estratigráficos en algunas de las estructuras monticulares[56], y, entre 1983 y
1984, un equipo dirigido por L. Alfaro de Lanzone desarrolló nuevos estudios
que involucraron la excavación estratigráfica de dos estructuras y el
levantamiento planimétrico del sitio[57]. Desde 2005 nuestro
equipo retomó el estudio de La Paya a través del análisis de las colecciones de
materiales obtenidas de las intervenciones anteriores y de trabajos de campo
que involucraron el reconocimiento detenido del sitio y su entorno inmediato,
el registro y localización por medio de GPS del sitio y sus límites, de
estructuras especiales y sectores, levantamiento de croquis de conjuntos
relevantes de estructuras, etc.[58]. Al mismo tiempo,
otros investigadores[59] desarrollaron un
nuevo plano del sitio que incluyó un análisis en profundidad de su arquitectura
y espacialidad, considerando todas las estructuras, montículos, senderos y
sectorizaciones ubicadas dentro de los límites demarcados por la muralla.
Figura 3: A) Fotografías
de las excavaciones de Ambrosetti en La Paya. Fuente: Archivo Fotográfico y
Documental del Museo Etnográfico “Juan B. Ambrosetti”; B) Objetos de la
Colección La Paya, de izquierda a derecha: MEJBA 801, 1391, 1073, 1155, 1580.
A principios del siglo XX La Paya fue reconocida como una “ciudad prehistórica”[60], cuyo estudio produjo
una “abundante cosecha de material”[61]. Esos materiales
conformaron una de las colecciones arqueológicas más importantes del Noroeste
argentino. De acuerdo al relevamiento de la documentación de Ambrosetti[62], sus excavaciones
permitieron recuperar al menos 1576 objetos que conformaban principalmente
parte de ajuares funerarios[63]. Este conjunto
constituyó además una de las colecciones fundantes del Museo Etnográfico de
Buenos Aires[64], al cual ingresaron,
según el análisis de los catálogos, 1381 objetos en total[65] (Figura 3B). En ese
momento, además, los materiales de la colección constituyeron también piezas de
canje con museos de Europa, Estados Unidos y América del Sur principalmente, en
donde aún hoy se encuentran depositadas[66]. Distintas estadías
de investigación en dichos museos[67] nos permitieron
recuperar información de alrededor de un 63 % (N= 175/277) de las piezas
originalmente intercambiadas[68]. En la actualidad,
estas colecciones constituyen un conjunto de objetos patrimoniales y de
investigación, pero a su vez, son también referentes identitarios para las
comunidades originarias. Así lo sostiene Carlos Flores, delegado de la Unión de
los Pueblos de la Nación Diaguita de Salta y miembro del Encuentro Nacional de
Organizaciones Territoriales de Pueblos Originarios (ENOTPO):
Cada una de las
cosas que uno encuentra en el territorio, que la academia occidental denomina
arqueológicas, pero no pensando en el objeto sino pensando en cada cosa que
podamos hallar, en cada elemento que podamos encontrar, que se lo ve como un
objeto; cada una de esas cosas son la significación de nuestra preexistencia.
Ese elemento es
un conector, tiene una línea de continuidad y nos vincula a eso que fue en un
tiempo, a nuestro pueblo, cuyo proceso de desarrollo fue cortado. Pero pese a
ese corte, continuamos. Entonces cada uno de esos sitios hoy nos reidentifica,
nos revaloriza, y son el elemento que fundamenta nuestra preexistencia en este
tiempo, en este espacio[69].
La Paya y sus materiales nos muestran conexiones con objetos
de otras temporalidades, como pudimos reconocer a partir del análisis de la
colección de objetos “etnográficos” del MEJBA, obtenida en 1904. Se trata de 14
piezas cerámicas, de madera y de hueso: recipientes, figuras zoomorfas y
torteros, que proceden de Churcal y Chuquiyaco, dos localidades del valle de
Lerma, un área geográficamente cercana y culturalmente vinculada a nuestra zona
de estudio. A partir del registro de sus características morfo-tecnológicas y
estilísticas con los mismos criterios utilizados para las colecciones
arqueológicas de la búsqueda de información documental sobre las piezas y los
contextos de hallazgo y de obtención, fue posible establecer correspondencias
entre ciertos objetos de ambos tipos de colecciones. En la colección
etnográfica del MEJBA registramos un vaso de múltiples bocas (Figura 4A), una
característica particular que también se observó en un vaso cerámico hallado
por Ambrosetti en la tumba 165 de La Paya[70] (Figura 4B), en un
vaso “antiguo” de Cafayate[71] (Figura 4C) y en otra
vasija etnográfica de Seclantás (todas localidades del valle Calchaquí) (Figura
4D). De igual manera, la existencia en la colección etnográfica de un
recipiente de cerámica zoomorfo con atributos de ave (Figura 4E), se muestra
fuertemente semejante a piezas de la colección arqueológica de La Paya (Figura
4F) y a una vasija de Seclantás entre los “hallazgos de antigüedades
calchaquíes”[72] (Figura 4G). Respecto
a la producción textil, es reconocida para el Noroeste argentino la vigencia de
la utilización de materias primas, instrumental y técnicas tradicionales de
larga data por las poblaciones actuales[73].
En la colección etnográfica del MEJBA se ha registrado un tortero con su huso
completos (Figura 5A). El primero se encuentra manufacturado con la cabeza de
un fémur animal y el segundo en madera, y en la unión entre ambos se conservan
restos de lana hilada (Figura 5B). Los torteros son numerosos en la colección
arqueológica de La Paya y de otros sitios del valle Calchaquí[74],
existiendo ejemplares que también aún conservan el huso (Figura 5C). Si bien en
estas colecciones no se registró ningún tortero fabricado en ese mismo tipo de
hueso, sí existen varias piezas que utilizaron el astrágalo (Figura 5D).
Figura 4: A) Vasija etnográfica de Churcal
MEJBA 334; B) Vasija arqueológica de La Paya y su reconstrucción. Fuente:
Ambrosetti 1907: fig. 201; C) Vaso antiguo de Cafayate. Fuente: Ambrosetti
1907: fig. 201; D) Vaso etnográfico de Seclantás. Fuente: Ambrosetti 1907: fig.
201; E) Vasija zoomorfa etnográfica de Churcal MEJBA 333.; F) Vasija zoomorfa
arqueológica de La Paya MEJBA 2112; G) Vasija zoomorfa antigua de Seclantás.
Fuente: Ambrosetti 1899: fig. 39.
Hoy en día, sin embargo, el sitio arqueológico propiamente
dicho, así como los objetos que de él se extrajeron, poseen diferentes
valoraciones que trascienden la información que estos pueden darnos acerca de
la vida en la región hace más de 500 años. En términos públicos y legales, La
Paya constituye parte del Patrimonio Cultural Nacional en tanto se encuentra
entre aquellos “vestigios […] que puedan proporcionar
información sobre los grupos socioculturales que habitaron el país desde épocas
precolombinas hasta épocas históricas recientes”[75]. Esta categorización
como bien patrimonial, que se origina en la sociedad occidental del siglo XIX,
lo lleva, a su vez, a participar en el ciclo económico capitalista a través de
su inserción en un circuito turístico principalmente, pero siempre desde la perspectiva
unificadora y homogeneizadora del Estado Nación[76]. Esto último se
realiza a través de la promoción turística pública y privada, sin mayor
participación en el diseño o gestión de otros actores sociales, como las
comunidades indígenas y locales[77], provocando que se
ponderen aspectos más mercantiles e imágenes que pueden tender a la
esencialización de las comunidades. De esta manera, el sitio sería un vestigio
de la vida en el pasado más que un espacio vivo en el presente; y las
comunidades, más que actores sociales actuales, quedarían estigmatizadas como
pintorescas imágenes de un pasado congelado.
Figura 5: A
y B) Tortero y huso etnográficos de Churcal MEJBA 344; C) Tortero y huso
arqueológicos de madera de Cachi MEJBA 511; D) Tortero arqueológico de hueso de
La Paya MEJBA 1848.
Este último aspecto es resaltado en una publicación del
ENOTPO, que hace referencia a una ponencia presentada en las VII Jornadas de
Investigación en Antropología Social (FFyL, UBA) a cargo de Carlos Flores,
Miguel Casimiro, Sergio Nahuelquir, Félix A. Acuto y Macarena Manzanelli, donde
se afirma que:
no sólo se
produce la apropiación por parte del Estado Nacional, de los estados
provinciales y de los científicos de la herencia material y de los cuerpos de
los ancestros de Pueblos Originarios, sino que simultáneamente se ha llevado
adelante un proceso de cosificación. Esto queda claro con la musealización del
patrimonio indígena, incluido los cuerpos de los ancestros. Esta musealización
no sólo ha roto la relación entre los Pueblos Originarios y su patrimonio en el
territorio, sino que ha generado representaciones que han mostrado a los
Pueblos Originarios como naturalizados y sin historia, invisibilizados en el
presente y folklorizados[78].
Esto demuestra cómo a la imagen del sitio arqueológico como
bien patrimonial del Estado Nacional (imagen aún vigente) se le superponen, en
años recientes, aquellas generadas desde los mismos pueblos originarios y los
reclamos sobre su patrimonio y sus propuestas de turismo comunitario. Ellos
sostienen por ejemplo que:
El Patrimonio
cultural y milenario del Pueblo Diaguita se encuentra en alguna medida
apropiado por los espacios de patrimonialización y turismos, tanto nacionales
como provinciales, en clara violación de los derechos de los Pueblos
Originarios quienes son los únicos poseedores y responsables de su Patrimonio
cultural[79].
Entonces, para la Comunidad Diaguita Kallchakí de La Paya, el
denominado “sitio arqueológico” constituye hoy una Ciudad Sagrada, un espacio
ancestral de reivindicación identitaria y parte fundamental del territorio
comunitario (Figura 6), el cual para los pueblos originarios:
tiene un sentido espiritual y
cultural vinculado a lo ancestral y tradicional. Involucra no sólo la
superficie sino también el espacio aéreo y subterráneo. El espacio territorial
es la condición de posibilidad del desarrollo de la cultura comunitaria tanto
en el presente como en el futuro, pues incluye a todos los bienes naturales y
los valores simbólicos-sagrados[80].
Figura 6:
A) Cartel sobre los márgenes del sitio arqueológico La
Paya indicando el ingreso a la comunidad que dice: “Bienvenidos. La Paya Pueblo
Diaguita Kalchakí P. Jur. N: 105”; B) Símbolo de la Unión de Pueblos de la
Nación Diaguita. Fuente: http://upndsalta.blogspot.com/; C-F) Alfarería
recuperada en excavaciones arqueológicas en La Paya con iconografía retomada en
el símbolo diaguita, C) MAPPD 3075, D) Fuente: Ambrosetti 1907: fig. 206, E)
MAPPD 3082, F) Fuente: Ambrosetti 1907: fig. 217. Referencias: MAPPD: Museo
Arqueológico P. P. Díaz (Cachi, Salta).
Además, tanto antes como en la actualidad, La Paya y sus alrededores,
son espacios de actividades cotidianas de diversos tipos, que incluyen:
pastoreo, agricultura, construcción de viviendas, secado de pimientos (Figura
7A), obtención de materias primas para diferentes producciones artesanales,
limpieza de acequias, etc. Asimismo, a lo largo de los años, ciertos espacios
al interior del “sitio” han sido reutilizados y resignificados. Actualmente
existen recintos readaptados como corrales (Figura 7B), en la década de 1970 se
construyó una iglesia sobre algunas estructuras del sitio, utilizando piedras
extraídas de la Casa Morada (Figura 7C), o por ejemplo en la década de 1980
hubo la intención de construir allí mismo una cancha de fútbol, lo que motivó
excavaciones de rescate en su sector sureste y la obtención de materiales
arqueológicos que fueron trasladados al Museo Arqueológico de Cachi[81].
Figura 7: A)
Construcciones y secado de pimientos; B) Corral; C) Iglesia
A su vez, desde una perspectiva que busca entender la
amplitud del paisaje, estas temporalidades y dimensiones exceden la
circunscripción espacial de La Paya como “sitio arqueológico” delimitado por
una muralla que separa a priori un adentro y un afuera. Desde esta perspectiva,
no podemos entenderla desvinculada de las estructuras que se encuentra por
fuera del muro perimetral, del valle donde se asienta el poblado actual de la
Comunidad de La Paya, de los bloques con petroglifos en las cercanías del sitio,
de la iglesia recién mencionada, de otros sectores con estructuras
arqueológicas en las cercanías de la comunidad, del “sitio arqueológico”
Guitián ubicado enfrente (con marcada arquitectura inka), la fuente de pigmento
y la fuente de arcilla ubicadas en los cerros aledaños (esta última utilizada
hoy en día por los artesanos locales), el cerro de la cruz, las casas de
algunos pobladores que se encuentran en las laderas de los cerros (incluso
algunos restos de casas deshabitadas hace más de 60 años), los campos utilizados para la pastura de
los ganados, etc. (Figura 8).
Figura 8:
Ubicación en el paisaje de lugares y localidades
vinculadas a La Paya. Referencias: 1. La Paya, 2. Iglesia, 3. Guitián, 4.
Bloques con petroglifos, 5. Poblado de la Comunidad, 6. Sectores con
estructuras “arqueológicas” en las cercanías de la comunidad, 7. Fuente de
arcilla. Fuente: Elaboración propia a partir de imagen tomada de ESRI World
Imagery.
Multitemporalidad en La Paya
Nuestros trabajos hasta el momento nos permitieron ver un
paisaje constituido por una infinidad de tiempos, personas, materialidades y
espacios yuxtapuestos, que cada vez fue más difícil observar por separado
(Figura 9). Si hiciéramos un análisis exclusivamente arqueológico (en términos
tradicionales) de La Paya estaríamos dejando de lado todas estas y otras
dimensiones que se funden en este paisaje multitemporal. En él encontramos
materialidades, lugares y prácticas que trascienden los marcos cronológicos
tradicionales con los que trabaja la arqueología.
Como ejemplificamos antes, algunas prácticas y objetos
estudiados, de producción artesanal o de agricultura y pastoreo, por ejemplo,
exhiben formas y modos de hacer que mantienen similares características en
largos períodos de tiempo, a pesar de acontecimientos de fuerte impronta en la
historia local (como la presencia inkaica, la dominación española, la formación
del estado nación argentino, el avance del capitalismo). Esto no significa que
sus significados, sus representaciones colectivas, etc. no se hayan modificado,
ya que consideramos que sus usos y valoraciones están en función de su
inserción en tramas fluidas de relaciones entre seres, espacios, cosas y
tiempos. Pero sí habilita pensar, para este caso, en la existencia de un
continuum o de un entramado que es durable, pero flexible.
Figura 9: Múltiples
dimensiones que se entrelazan en el paisaje de La Paya
Esta continuidad en las prácticas y materialidades, así como
sus trayectorias de significación generan lazos de ancestralidad y de esta
manera se transforman en referentes identitarios para la comunidad originaria
identificada con La Paya. Esto es posible a partir de la continuidad en la
ocupación del territorio, de la superposición de prácticas en el espacio y de
los vínculos temporales, más allá que los “sitios arqueológicos” no estén hoy
en día poblados en el sentido estricto del término e independientemente de si
el origen ancestral puede ser comprobado genéticamente[82].
En suma, a partir de un proceso de trabajo y de reflexión nos
propusimos comenzar a desarrollar en nuestras investigaciones un enfoque de
larga duración, contextualmente específico, que de manera coherente nos
permitiera incluir las múltiples temporalidades y los múltiples elementos que
confluyen en un paisaje social. Esto nos fue requiriendo ampliar los límites de
la escala temporal con la que trabajamos, buscando integrar los tiempos que en
la academia tradicionalmente se denominan “prehistórico”, “histórico” o
“actual”, para estudiar materialidades, prácticas y paisajes kallchakíes.
Consideramos que esto nos permite percibir fenómenos y procesos que no serían
visibles a escalas de observación más pequeñas, observar cambios,
continuidades, realizar comparaciones, y generar visiones más integrales de los
mismos.
Narrativas arqueológicas alternativas
En la perspectiva de larga duración que nos proponemos se
desdibujan las divisiones temporales tradicionales de manera que las narrativas
que construimos sobre el pasado refieren siempre también al presente, y
conllevan una dimensión ética y ciertas implicancias políticas[83].
Consideramos que abordar los fenómenos desde su
multitemporalidad contribuye a abandonar la división entre historia y
prehistoria, lo cual relega a comunidades y pueblos indígenas al tiempo pasado
prehistórico y los deja atrapados dentro de un paquete de rasgos culturales
esencializados[84]. Frente a esta última
visión, colonial, romántica y ahistórica, se plantea una práctica arqueológica
que no coloque a las comunidades indígenas en una temporalidad separada y
desvinculada del presente, que reivindique maneras alternativas de entender e
interpretar el mundo y que considere la dinámica y multidimensionalidad de los
procesos identitarios[85].
El pasado ya no es uno solo ni queda atrás en el tiempo. Se
convierte en un campo multivocal que abre la posibilidad a que múltiples
discursos y voces sean integrados en narrativas arqueológicas. Mientras que las
comunidades originarias siempre fueron “objeto de estudio”, hoy deben
transformarse en protagonistas del relato de su propia historia. Para ellas, su
pasado y su visión del mundo se hacen presentes en la actualidad, como
tradiciones, como conocimientos ancestrales que permean diferentes aspectos de
sus vidas diarias[86]. De esta manera, la
arqueología deja de ser el custodio del pasado y pasa a ser una práctica
presente y situada que puede generar narrativas que se posicionan en
consonancia con los procesos que atraviesan las comunidades en tanto sujetos de
derecho: como la reafirmación identitaria, la búsqueda de autonomía económica y
política, el manejo de recursos, la educación, los reclamos territoriales, etc.[87].
Cuando comenzamos nuestras investigaciones, La Paya fue
inicialmente una intersección de coordenadas geográficas circunscripta a un
determinado período temporal. Posteriormente, variadas experiencias en el
campo, preguntas y reflexiones nos obligaron a verlo desde una perspectiva diferente.
Llegados a este punto ya no nos es tan clara, ni nos importa tanto, la división
entre el pasado y el presente. Hoy en día consideramos a La Paya parte de un
paisaje multitemporal y multisignificante del que no narramos su pasado sino sobre
el que reflexionamos y estudiamos recurriendo a múltiples elementos:
temporales, materiales, discursivos y espaciales. Consideramos que esta
perspectiva permite acercarnos a la complejidad de las múltiples narrativas, dimensiones
y significaciones que atraviesan un fenómeno particular y así poder generar un
conocimiento más amplio, plural y reflexivo.
Estas palabras reflejan un primer acercamiento a pensar una
temporalidad diferente en un lugar del Noroeste argentino, ensayando la
conjugación de distintas líneas de trabajo, sujetos e intereses. Continuamos
trabajando para generar en conjunto los espacios y medios para una construcción
colectiva de conocimiento, en la que miembros de la comunidad cuenten de manera
directa sus visiones sobre este paisaje mutlitemporal.
Agradecimientos
A la Comunidad Diaguita Kallchakí de La Paya por compartir
con nosotros sus miradas, sus conocimientos y sus casas.
A las autoridades, personal y compañerxs del Museo
Etnográfico “J. B. Ambrosetti” por permitirnos estudiar colecciones
arqueológicas, etnográficas y de archivo.
A las autoridades y personal del Museo Arqueológico “P. P.
Díaz” por darnos la posibilidad de analizar colecciones arqueológicas y documentales.
[1]
Hodder, Ian, Entangled: An Archaeology of the
Relationships between Human and Things, Wiley-Blackwell, Oxford,
2012; Ingold, Tim, Being alive: Essays on Movement, Knowledge and Description, Londres
& Nueva York, Routhledge, 2011.
[2] Braudel, Fernand, La Historia y las Ciencias Sociales, Madrid, Alianza
Editorial, 1968.
[3]
Braudel, Fernand, 1968, Ob. Cit., p.
54.
[4]
Bailey, Geoff, “Time perspectives, palimpsests and the
archaeology of time”, en Journal of Anthropological
Archaeology, Nº 26, 2007, pp. 198-223; Lucas, Gavin, The Archaeology of Time, Londres & Nueva York, Routledge,
2005; Shanks, Michael y Tilley, Christopher, Social
Theory and Archeology, Londres, Berg, 1987.
[5]
Schiffer, Michael, “Archaeological context and systemic context”, American Antiquity, Nº 37, 1972, pp. 156-165.
[6]
Lucas, Gavin, 2005, Ob. Cit.;
Shanks, Michael y Tilley, Christopher, 1987, Ob. Cit.
[7]
Shanks, Michael y Tilley, Christopher, 1987, Ob. Cit.
[8]
Lucas, Gavin, 2005, Ob. Cit.
[9]
Hodder, Ian, 2012, Ob. Cit.
[10]
Jones, Andrew, Memory and Material Culture,
Cambridge University Press, Cambridge, 2007.
[11]
Lucas, Gavin, 2005, Ob. Cit.;
Olivier, Laurent, “Duration, memory and the nature of the archaeological
record”, en Karlsson, Hakan (Ed.), It’s About Time. The
Concept of Time in Archaeology, Goteborg, Bricoleur Press, 2001, pp. 61-70; Shanks, Michael, “The life of an
artefact in an interpretive archaeology”, Fennoscandia
Archaeologica, Nº 15, 1998, pp. 15-30; Verdesio, Gustavo,
“Indigeneity and time: Towards a decolonization of archaeological temporal
categories and tools”, en González-Ruibal, Alfredo (Ed.), Reclaiming
Archaeology: Beyond the Tropes of Modernity, Londres & New York,
Routledge, 2013, pp. 168–80.
[12]
Gosden, Chris, Social Being and Time, Blackwell
Publishers, Oxford, 1994; Shanks, Michael y Tilley, Christopher, 1987, Ob. Cit.
[13]
Ingold, Tim, 2011, Ob. Cit.
[14]
Lazzari, Marisa y Korstanje, Alejandra, “The past as a lived space: Heritage
places, re-emergent aesthetics, and hopeful practices in NW Argentina”, Journal of Social Archaeology, Nº 13 (3), 2013, pp. 295.
[15] Alberti, Benjamin y Marshall,
Yvonne, “Animating archaeology: Local theories and conceptually open-ended
methodologies”, Cambridge Archaeological Journal, Vol.
19, Nº 3, 2009, pp. 344-356; Jones, Andrew, 2007, Ob. Cit.
[16]
Ingold, Tim, The Perception of the Environment. Essays on
Livelihood, Dwelling and Skills, Londres & Nueva York, Routledge,
2000, pp. 153.
[17]
Ingold, Tim, 2000, Ob. Cit.
[18]
Este rango temporal abarca lo que para la arqueología argentina se denominan
Período de Desarrollos Regionales (900-1430/1470 d.C.) y Período Inka
(1430/1470-1536 d.C.).
[19] Alfaro de Lanzone,
Lidia, “Investigación arqueológica de la “Ciudad” prehistórica de La Paya,
Dpto. de Cachi, Provincia de Salta, R. Argentina”, Beitrage Zur
Allgemeinen Und Vergleichenden Archaologie, Nº 7, 1985, pp. 563-595;
Ambrosetti, Juan Bautista, “Exploraciones arqueológicas en la ciudad
prehistórica de La Paya (valle Calchaquí, Pcia. de Salta)”, Revista de la Universidad de Buenos Aires, VIII, 1907, pp.
5-534; Ferrari, Alejandro, Espacialidad local e Inka aportes a partir de un caso de estudio en el
valle Calchaquí Norte (Salta, Argentina), Tesis para optar por
el grado de Licenciado en Ciencias Antropológicas (orientación arqueológica),
Universidad de Buenos Aires, Argentina, Inédita, 2012.
[20] González, Alberto Rex
y Díaz, Pío Pablo, “Notas arqueológicas sobre la Casa Morada”, en Cuadernos de Arqueología, Nº 5, 1992, pp. 13-45.
[21] Alfaro de Lanzone,
Lidia, 1985, Ob. Cit.; Ambrosetti, Juan
Bautista, 1907, Ob. Cit. González, Alberto Rex
y Díaz, Pío Pablo, 1992, Ob. Cit.
[22] Sprovieri, Marina y
Barbich, Santiago, “Rescatando un rescate: Revisión y análisis de un sector de
La Paya a partir de un rescate arqueológico de 1981”, Estudios. Antropología -
Historia, Nueva Serie, N° 4, 2017, pp. 49-74.
[23] Sprovieri, Marina y Barbich,
Santiago, 2017, Ob. Cit.
[24] Sprovieri, Marina,
Barbich, Santiago, Cohen, Sebastián y Cevidanes, Ana Paula, “La alfarería del
valle Calchaquí (Salta): Especificidad, movimientos y usos en una perspectiva
de larga duración”, Revista del Museo de La Plata,
Vol. 1, Nº 2, Suplemento Resúmenes, 2016, p. 56R.
[25]
Sprovieri, Marina y Barbich, Santiago, 2017, Ob. Cit.
[26]
Sprovieri, Marina y Barbich, Santiago, 2017, Ob. Cit.
[27]
Sprovieri, Marina y Barbich, Santiago, 2017, Ob. Cit.
[28]
Sprovieri, Marina, Circulation, consumption
and social categories: the funerary and domestic uses of things during the Late
Period of NW Argentina, Final Report for the British Academy
Visiting Scholar Award, University of Exeter, Inédito,
UK, 2011a; Sprovieri, Marina, Contextos domésticos de La
Paya: primera aproximación. Informe al Subsidio de Jóvenes Investigadores de la UNLP,
División Arqueología, Museo de Ciencias Naturales de La Plata,
Inédito, La Plata, 2011b.
[29] Sprovieri, Marina, Circulación y consumo de
bienes en sociedades tardías del valle Calchaquí central (Salta).
Informe reglamentario de la Carrera del Investigador de CONICET, Inédito, La
Plata, 2016a; Sprovieri,
Marina, “Nueva información sobre contextos de la vida cotidiana en La Paya
(valle Calchaquí, Salta)”, Ponencia
presentada en XX Congreso Nacional de Arqueología Argentina, Universidad
Nacional de Córdoba, Córdoba, 2019.
[30] Sprovieri, Marina,
“La “Colección La Paya” un siglo después”, Arqueología, Nº
16, 2010, pp. 237-251.
[31] Sprovieri, Marina, El Mundo en Movimiento: Circulación de Bienes, Recursos e Ideas en el
Valle Calchaquí, Salta (Noroeste Argentino). Una Visión desde La Paya, British
Archaeological Reports Internacional Series 2487, Oxford, Archaeopress, 2013; Baldini,
Lidia y Sprovieri, Marina, “La especificidad de la alfarería del valle
Calchaquí (Salta) en el contexto más amplio del espacio santamariano”, Revista Escuela de Historia, Nº 13 (II), 2014, pp. 9-36.
[32] Baldini, Lidia y
Sprovieri, Marina, “Vasijas negras pulidas. Una variedad de la cerámica tardía
del valle Calchaquí, Salta, Argentina”, Estudios Atacameños,
Nº 39, 2009, pp. 21-38.
[33] Cevidanes, Ana Paula,
“Avances en la caracterización de la cerámica ordinaria del valle Calchaquí:
análisis de pastas del sitio La Paya (Salta)”, en Libro de
Resúmenes de XI Jornadas de Jóvenes Investigadores en Ciencias Antropológicas,
Buenos Aires, INAPL, 2018, pp. 110-111.
[34] Sprovieri, Marina, Circulación y consumo de
bienes en sociedades tardías del valle Calchaquí central (Salta),
Informe reglamentario de la Carrera del Investigador de CONICET, La Plata,
Inédito, 2017a; Sprovieri, Marina,
Barbich, Santiago, Cohen, Sebastián y Cevidanes, Ana Paula, 2016, Ob. Cit.
[35] Sprovieri, Marina,
“La producción lítica en sociedades tardías del valle Calchaquí (Salta)”, en Mundo de Antes, N° 5, 2007, pp. 91-118; Sprovieri, Marina y
Baldini, Lidia, “Aproximación a la producción lítica en sociedades tardías. El
caso de Molinos I, valle Calchaquí central (Salta)”, Intersecciones
en Antropología, Nº 8, 2007, pp. 135-147; Sprovieri, Marina, 2013, Ob. Cit.
[36] Sprovieri, Marina,
2013, Ob. Cit.
[37] Rivera, Stella Maris
y Sprovieri Marina, “La Colección La Paya. Diversidad de objetos y su
agrupamiento desde la perspectiva de las maderas”, en Belmar, Carolina y Lema,
Verónica (Eds.), Avances y Desafíos Metodológicos en
arqueobotánica. Miradas consensuadas y diálogos compartidos desde Sudamérica,
Universidad Internacional SEK, Santiago de Chile, 2015, pp. 401-420; Sprovieri,
Marina, 2013, Ob. Cit.; Sprovieri, Marina y
Rivera, Stella Maris, “Las maderas de la “Colección La Paya”. Circulación y
consumo en el valle Calchaquí (Salta)”, Intersecciones en
Antropología, Vol. 15, Nº 1, 2014, pp. 89-102.
[38] Con “época tardía”
hacemos referencia a un lapso temporal que abarca al Período de Desarrollos
Regionales y al Período Inka.
[39] Sprovieri, Marina,
“Alucinaciones en circulación. Una mirada a la interacción surandina tardía
desde las tabletas y tubos de La Paya (valle Calchaquí, Salta)”, Anales de Arqueología y Etnología, Nº 63-64, 2008-2009, pp.
81-105.
[40] Sprovieri, Marina,
“Variabilidad de los torteros de La Paya y de otros sitios del valle Calchaquí
(Salta), y semejanzas interregionales”, Revista Comechingonia, Nº 18, 2014a, pp. 117-137.
[41]
Sprovieri, Marina, 2014a, Ob Cit.
[42] Ambrosetti, Juan
Bautista, “Exploraciones arqueológicas en la Pampa Grande (Provincia de
Salta)”, Revista de la Universidad de Buenos Aires, Tomo
V, 1906.
[43] Vale aclarar que la utilización, dentro
del MEJBA, de dicha denominación para estos objetos responde a un criterio de
orden y distinción para las áreas de colecciones, según la condición y forma de
ingreso de las mismas. No se relaciona con una discusión actual de tipo
conceptual, la cual es permanente al interior de las áreas del museo y reviste
particular interés en el proceso de investigación y documentación de
colecciones (Comunicación
personal con Dra. Andrea Pegoraro, 2019).
[44] Sprovieri, Marina;
Barbich, Santiago; Cohen Sebastián y Cevidanes Ana Paula, 2016, Ob. Cit.
[45] Ambrosetti, Juan
Bautista, 1906, Ob. Cit., pp. 152.
[46] Sprovieri, Marina;
Barbich, Santiago; Cohen Sebastián y Cevidanes Ana Paula, 2016, Ob. Cit.
[47] Benítez Aranda,
Surnai, “La artesanía latinoamericana como factor de desarrollo económico,
social y cultural: a la luz de los nuevos conceptos de cultura y desarrollo”,
en Revista de Cultura y Desarrollo, N° 6,
2009, pp. 3-19; Herrera Rubio, Neve Enrique, Artesanía y organización
social de su producción: estructura de su organización gremial, Bogotá,
CENDAR- Artesanías de Colombia, 1992.
[48] Flores,
Carlos y Acuto, Félix, “Pueblos originarios y arqueología argentina.
Construyendo un diálogo intercultural y reconstruyendo la arqueología”, Intersecciones en Antropología, Vol. 16, Nº 1, 2015, pp.
179-194.
[49] Mordo, Carlos, Artesanía, cultura y desarrollo, Buenos Aires, Secretaría de
Desarrollo Social- Fondo Mixto de Cooperación Hispano-Argentina, 1997.
[50] Sprovieri, Marina, Informe sobre los Trabajos de Campo Realizados durante
Septiembre-Octubre de 2014, Museo de Antropología de Salta, Inédito, Salta, 2014b;
Sprovieri, Marina; Barbich, Santiago; Cohen Sebastián y Cevidanes, Ana Paula,
2016, Ob. Cit.;
Sprovieri, Marina; Cohen Sebastián y Barbich, Santiago, Informe a la
Comunidad Originaria Descendientes Diaguitas-Calchaquí de La Paya sobre las
Actividades Realizadas en La Paya durante Septiembre de 2016, Inédito, La Paya, Salta, 2016.
[51] Baldini, Lidia,
“Dispersión y cronología de las urnas tres cinturas en el Noroeste argentino”, Relaciones de la Sociedad
Argentina de Antropología, Nueva Serie, Vol. XIV, Nº 1, 1980, pp.
49-61; Baldini, Lidia, “El espacio cotidiano. Las casas prehispánicas tardías
en el valle Calchaquí, Salta”, en Albeck, María Esther, Korstanje, María
Alejandra y Scattolin, María Cristina (Eds.), El Hábitat
Prehispánico. Arqueología de la Arquitectura y de la Construcción del Espacio
Organizado, San Salvador de Jujuy, EdiUnju-REUN, 2010, pp. 53-75;
Sprovieri, Marina, 2013, Ob. Cit.; Sprovieri, Marina, “La datación radiocarbónica de
tabletas y tubos de inhalación de La Paya (Noroeste argentino) y su integración
a otros análisis específicos”, Latin American Antiquity, Vol. 29, Nº 1, 2017b, pp. 79-84.
[52] Baldini, Lidia, 1980,
Ob. Cit.;
Baldini, Lidia y Sprovieri, Marina, 2009, Ob. Cit.;
Baldini, Lidia y Sprovieri, Marina, 2014, Ob. Cit.;
Calderari, Milena, “Estilos cerámicos incaicos de La Paya”, en Actas del XI Congreso Nacional de Arqueología Chilena, Tomo
II, Museo Nacional de Historia Natural, Sociedad Chilena de Arqueología,
Santiago de Chile, 1991a, pp. 151-164; Ferrari, Alejandro, 2012, Ob. Cit.; Sprovieri, Marina, 2008-2009, Ob. Cit.;
Sprovieri, Marina, “La circulación interregional en el valle Calchaquí
(Provincia de Salta, Noroeste argentino): Una visión integral desde nuevas y
viejas evidencias”, Revista Española de
Antropología Americana, Vol. 44, Nº 2,
2014c, pp. 337-366.
[53] Acuto, Félix,
Troncoso, Andrés y Ferrari, Alejandro, “Recognising strategies for
conquered territories: a case study from the Inka North Calchaquí Valley”, Antiquity, Nº 86, 2012, pp.1141-1154; Alfaro de
Lanzone, Lidia, 1985, Ob. Cit.;
Calderari, Milena, “El concepto de estilo en ceramología: la tradición
estilística santamariana en los pucos de La Paya”, en Podestá, Mercedes,
Hernández Llosas, María Isabel y Renard de Coquet, Susana (Eds.), El Arte Rupestre en la Arqueología Contemporánea, Buenos
Aires, Edición de M. Podestá, Buenos Aires, 1991b, pp. 1-13; Calderari, Milena
y Williams, Verónica, “Re-evaluación de los estilos cerámicos incaicos en el
Noroeste Argentino”, Comechingonia, N
9 (N° especial 2), 1991, pp. 75-96;
González, Alberto Rex y Díaz, Pío Pablo, 1992, Ob. Cit.;
Sprovieri, Marina, 2014c, Ob. Cit.
[54] Difrieri, Horacio,
“Un edificio pre-incaico en Salta. La Casa Morada en Puerta de La Paya”, Revista del Museo
Arqueológico de Salta Juan Martín Leguizamón, Nº 2, 1978-9, pp.
15-32; Márquez Miranda, Fernando, “Panorama de los estudios arqueológicos en la
República Argentina”, Runa. Archivo para las Ciencias del Hombre, Nº X, Partes
1-2, 1967, pp. 52-67.
[55] González, Alberto Rex
y Díaz Pío Pablo, 1992, Ob. Cit.
[56] Baldini, Lidia, Excavaciones en La Paya, Informe CONICET,
Inédito,
1981.
[57] Alfaro de Lanzone,
Lidia, 1985, Ob. Cit.
[58] Sprovieri, Marina,
2010, Ob. Cit.; Sprovieri, Marina, 2013, Ob. Cit.; Sprovieri, Marina, 2014c, Ob. Cit.;
Sprovieri, Marina y Barbich, Santiago, 2017, Ob. Cit.;
Sprovieri, Marina; Barbich, Santiago; Cohen Sebastián y Cevidanes Ana Paula,
2016, Ob. Cit.
[59] Acuto, Félix,
Troncoso, Andrés, y Ferrari, Alejandro, 2012, Ob. Cit.;
Ferrari, Alejandro, 2012, Ob. Cit.
[60] Ambrosetti, Juan
Bautista, 1907, Ob. Cit., pp. 5
[61] Debenedetti,
Salvador, “Excursión arqueológica a las ruinas de Kipón (Valle Calchaquí –
Provincia de Salta)”, Publicaciones de la
Sección Antropológica, Nº 4, 1908, pp. 8
[62] Ambrosetti, Juan
Bautista, 1907, Ob. Cit.
[63] Sprovieri, Marina,
2010, Ob. Cit.
[64] Pegoraro, Andrea, Las Colecciones del Museo Etnográfico de la Universidad de Buenos
Aires: Un Episodio en la Historia del Americanismo en la Argentina, 1890-1927.
Tesis de Doctorado, Inédita, Universidad de Buenos Aires, 2009.
[65]
Sprovieri, Marina, 2010, Ob. Cit.
[66]
Sprovieri, Marina, 2010, Ob. Cit.
[67]
American Museum of Natural History (New York, USA), National Museum of American
Indian y el National Museum of Natural History (Washington, USA), Peter the
Great Museum of Anthropology and Ethnography (Saint Petersburg, Russia), Museu
de Arqueologia e Etnologia (São Paulo, Brasil).
[68]
Sprovieri, Marina, 2010, Ob. Cit.;
Sprovieri, Marina, 2013, Ob. Cit.; Sprovieri, Marina,
2014c, Ob. Cit.; Sprovieri, Marina y Dmitrenko,
Liubov, Colecciones Antiguas, Miradas Actuales. Aportes del
Estudio de la Colección La Paya en el Museo de Antropología y Etnografía “Pedro
El Grande” (MAE-RAS) de San Petersburgo, Rusia, Ponencia presentada
en el Congreso de Historia de la Antropología Argentina, Buenos Aires, 2018.
[69] Flores, Carlos y
Acuto, Félix, 2015, Ob. Cit., pp.
182-183.
[70] Ambrosetti, Juan
Bautista, 1907, Ob. Cit., pp. 252, 386.
[71] Ambrosetti, Juan
Bautista, 1907, Ob. Cit., figura 201.
[72] Ambrosetti, Juan Bautista, “Notas de arqueología
Calchaquí”, en Boletín del Instituto Geográfico Argentino
XVII-XX, 1896-1899, pp. 61.
[73] López Campeny, Sara,
“El textil antes del textil… Análisis de instrumental arqueológico como
referente de prácticas de producción textil”, Boletín del
Museo Chileno de Arte Precolombino, Vol. 21, No 2, 2016, pp. 119-136; Teves, Laura, El Estudio Etnográfico de
la Actividad Textil como aporte a la Caracterización del Modo de Vida en el
Pueblo de Molinos y zona de influencia (Provincia de Salta), Tesis
de Doctorado, Inédita, Universidad Nacional de La Plata,
2011.
[74]
Sprovieri, Marina, 2014a, Ob. Cit.
[75] Artículo 2° de la Ley
Nacional Nº 25.743 de Protección del Patrimonio Arqueológico y Paleontológico
2003.
[76] Chaparro, María
Gabriela y Soria, Silvia, “Comunidades anfitrionas, turistas y arqueólogos: Un
equilibrio difícil de lograr. Los Monumentos Nacionales en la Provincia de
Salta, Argentina”, Comechingonia virtual,
Revista Electrónica de Arqueología, Nº 1, 2008, pp. 1-23; Lanusse,
Paula y Lazzari, Axel, “Salteñidad y pueblos indígenas: continuidad y cambio en
identidades y moralidades”, en Briones,Claudia (Ed.), Cartografías
Argentinas. Políticas Indigenistas y Formaciones Provinciales de Alteridad,
Buenos Aires, Antropofagia, 2005, pp. 223-252.
[77] Flores, Carlos y
Acuto, Félix, 2015, Ob. Cit.;
Nielsen, Axel, Calcina, Justino y Quispe, Bernardino, “Arqueología, turismo y
comunidades originarias: Una experiencia en NorLípez (Potosí, Bolivia)”, Chungara, Revista de Antropología Chilena, Vol. 35, Nº 2,
2003, pp. 369-377.
[78] Encuentro Nacional de
Organizaciones Territoriales de Pueblos Originarios, “Pueblos Originarios y
Patrimonio”, 2013, [en línea] http://enotpo.blogspot.com/2013/12/pueblos-originarios-y-patrimonio.html
(Consulta: 15 de enero de 2019).
[79] Unión de Pueblos de
la Nación Diaguita - Salta, “Kuchiyako - Territorio Diaguita - XV Asamblea de la Unión de los Pueblos
de la Nación Diaguita”, 2013a, [en línea] http://upndsalta.blogspot.com/2013/12/
(Consulta: 15 de enero de 2019).
[80] Unión de Pueblos de
la Nación Diaguita - Salta, “Tiempo/Espacio Circular”, 2013b, [en línea] http://upndsalta.blogspot.com/2013/12/
(Consulta: 15 de enero de 2019).
[81] Díaz, Pío Pablo, Libreta de Campo. La Paya, Museo Arqueológico de Cachi,
Cachi, 1981; Sprovieri, Marina y Barbich, Santiago, 2017, Ob. Cit.
[82] Isla, Alejandro, “Los
usos políticos de la memoria y la identidad”, Estudios
Atacameños, Nº 26, 2003, pp. 35-44.
[83] Acuto, Félix, Amuedo,
Claudia, Kergavarat, Marisa, Ferrari, Alejandro, Gamarra, Lucila y Goldín, Ana
L. , “Experiencias
subjetivas en las aldeas prehispánicas del Valle Calchaquí Norte: Arqueología
de la vida cotidiana, prácticas y relaciones sociales durante el período prehispánico
tardío”, en Borrero, Luis Alberto y
Franco, Nora (Coords.), Arqueología del extremo
sur del continente americano, CONICET, Buenos
Aires, 2008, pp. 11-54; Amuedo, Claudia y Acuto, Félix, ¿Cuál es el
Aporte del Pasado al Presente? El rol de la Arqueología dentro de los Procesos
de Organización de las Comunidades Originarias del Valle Calchaquí Norte, Prov.
de Salta, Ponencia presentada en las 11º Jornadas Rosarinas de
Antropología Socio-cultural, Rosario, 2011; Colwell-Chanthaphonh,
Chip, “Archaeology and indigenous collaboration”, en Hodder, Ian (Ed.), Archaeological Theory Today, Cambridge, Polity Press, 2012,
pp. 267–291; Flores,
Carlos y Acuto, Félix, 2015, Ob. Cit.; Haber, Alejandro,
Quesada, Marcos y Ramos, Miguel, “Tebenquiche 5 en la superficie del tiempo”, Cuadernos FHyCS-UNJu, Nº 29, 2005, pp.
61-79; Isla, Alejandro, 2003, Ob. Cit.;
Vaquer, José María y Cámera, Yamila, “Las relaciones entre paisaje, las
narrativas y la praxis arqueológica en Cusi Cusi (Rinconada, Jujuy): Una mirada
hermenéutica”, Revista del Museo de la Plata, Vol. 3, Nº 1, 2018, pp. 38-56.
[84] Verdesio, Gustavo,
2013, Ob. Cit.
[85] Arfuch, Leonor,
“Problemáticas de la identidad”, en Arfuch, Leonor (Comp.), Identidades, Sujetos y Subjetividades, Prometeo, Buenos
Aires, 2005, pp. 21-43; Barth, Frederik (1976),
“Los grupos étnicos y sus fronteras. Introducción”, en Barth, Frederik (Comp.),
Los Grupos Étnicos y sus Fronteras. La Organización
Social de las Diferencias Culturales, México, Fondo de Cultura
Económica, 1976, pp. 9-49; Rodríguez, Lorena y Lorandi, Ana María,
“Apropiaciones y usos del pasado. Historia y patrimonio en el Valle Calchaquí”,
Boletín del Instituto Francés de Estudios Andinos,
Vol. 34, Nº3, 2005, pp. 431-442; Verdesio, Gustavo, 2013, Ob. Cit.
[86] Corimayo, Hilda y
Acuto, Félix, “Saber indígena y saber arqueológico en diálogo: Interpretando la
cultura material diaguita-kallchakí”, en Acuto, Félix y Franco Salvi, Valeria
(Eds.), Personas, Cosas, Relaciones. Reflexiones
Arqueológicas sobre las Materialidades Pasadas y Presentes, Quito, Ediciones
Abya Yala, 2015, pp. 249-297; Endere, María Luz y Curtoni, Rafael, “Acerca de
la interacción entre la comunidad indígena Rankülche y los arqueólogos en el área
centro-este de La Pampa”, Quinto Sol, Nº 11, 2007, pp. 197-205; Flores, Carlos y Acuto, Félix, 2015,
Ob. Cit.; Verdesio, Gustavo, 2013, Ob. Cit.
[87] Colwell-Chanthaphonh,
Chip, 2012, Ob. Cit.; Corimayo, Hilda y Acuto,
Félix, 2015, Ob. Cit.; Salerno, Virginia,
“Pensar la arqueología desde el Sur”, Complutum, Vol. 23, Nº 2, 2012, pp. 191-203.