MIRADAS
A
Rossana Barragán et.alt.
Gobierno
Municipal de
Bolivia,
2009, 220 páginas
El libro escrito por Rossana Barragán en colaboración con Cristina Machicado, Andrea Urcullo, Carlos
Zambrana y Cecilia Ramallo fue editado en 2009, año en que se conmemoró el
Bicentenario de
Rossana Barragán resalta la importancia de
analizar el 16 de julio teniendo en cuenta que en países como Bolivia las
visiones y narrativas históricas forman parte de la argumentación que sustenta
las demandas de grupos y actores diversos y que las disputas y proyectos
políticos en pugna van modelando las lecturas y reescrituras de la historia.
Así, la primera parte del libro está dedicada a realizar un análisis profundo
de la bibliografía existente sobre el 16 de julio con el fin de “reconstruir las narraciones históricas en
tanto construcciones e interpretaciones
sobre la revolución” (p. 8).
Machicado y Barragán realizan una revisión
sobre la producción bibliográfica y sus tendencias entre 1840 y 1976 con el fin
de apreciar la evolución cronológica, temática y el soporte de las mismas. “En el siglo XIX, la producción,
íntimamente ligada a las diversas coyunturas en la dinámica política de tensión
norte-sur, fue construyendo un momento fundacional de la independencia […]” (p. 59). En
ese marco, plantean las autoras la presencia en los escritos de dos cuestiones
fundamentales. En primer lugar las disputas por la preeminencia entre
A diferencia del siglo anterior, para el
XX observan que no existe una interpretación uniforme en relación al 16 de
julio y que sus lecturas parecen dirigirse a los proyectos nacionales en pugna.
Así, la historiografía nacionalista ratificó la alianza de clases contra el
colonialismo español, otra corriente se preguntó por el rol e intereses de los
diferentes actores. Hacia fines del siglo se comenzó a cuestionar el carácter
independentista del 16 y su significado para la población indígena. En este siglo destacan las autoras
algunas obras fundantes y sus diversas interpretaciones sobre el 16 de julio.
Por ejemplo la de Arguedas, que halla el fracaso de la revolución en el
elemento humano mestizo e indígena o aquellas que en el contexto inmediatamente
posterior a la guerra del chaco plantean una revisión de la historia. De la
misma manera, en 1973, el manifiesto de Tiahuanaco, da lugar al momento
fundacional de los movimientos políticos indianistas y a la visión de los
revolucionarios del 16 como descendientes de conquistadores. Dentro de todas
estas interpretaciones adquiere fundamental importancia la figura de Pedro
Domingo Murillo y sus múltiples imágenes en las diferentes interpretaciones de
la revolución, desde protohéroe mártir hasta
infidente confeso.
Luego del análisis historiográfico, en una segunda parte del libro, se
presenta un análisis histórico renovado sobre el 16 de julio guiado por algunos
planteos como: las posibilidades desencadenadas por la crisis y circunstancias
externas e internas, pensar las juntas como plurales y con diferentes sentidos,
entender cómo se gesta la independencia en el sentido de ruptura política y
recordar que la crisis de 1808/1810 se rearticula en un entramado político y
social de larga duración.
En un primer apartado, Rossana Barragán señala que 1809 debe ser
interpretado a la luz de las disputas locales intra
élites desde 1772-1795, conflictos que involucraban al cabildo, institución
clave en la revolución del 16 de julio. Posteriormente analiza la formación de
En el siguiente capítulo, Rossana Barragán, Cristina Machicado,
Cecilia Ramallo, Andrea Urcullo y Carlos Zambrana
elaboran una cronología de
Para ahondar en la comprensión de aspectos puntuales de la revolución,
en el capítulo que sigue, Urcullo y Barragán analizan
la especificidad del cabildo y
Entre 1808 y 1809 circularon documentos anónimos que aparecían sobre todo
en momentos críticos. Rossana Barragán estudia la “Proclama de
Para finalizar, Andrea Urcullo revisa la
interesante construcción de dos de las figuras más importantes de la revolución
del 16 de julio, Pedro Murillo y Juan Indaburo. Señala
que la revolución paceña nace con disputas por el liderazgo entre Murillo e Indaburo, disputa que se reflejó también a la hora de
negociar con Goyeneche. Cuando el movimiento paceño llegaba a su fin, ambos
personajes cambiaron sus actitudes en el sentido de colaborar con la entrega de
las armas pero el accionar de Murillo, más cauteloso, redunda en su nacimiento
como héroe y convierte a Indaburo en su antítesis.
En síntesis, la obra constituye un esfuerzo por repensar un episodio
que, conmemorado por la historiografía tradicional como el primer grito de la independencia
en América, ha generado una profusa bibliografía. Así, las diversas miradas
sobre
Bárbara
Marisa Aramendi
CEPIHA,
UNSa, CONICET