ENTRE NACIÓN Y PROVINCIA. LA ORGANIZACIÓN DE MUSEOS HISTÓRICOS EN SALTA
DURANTE LAS DÉCADAS DE 1930 Y 1940*.
María
Elida Blasco**
En el ámbito académico internacional existe
abundante literatura sobre la intervención de los historiadores en la
producción, circulación y apropiación de relatos y representaciones del pasado
desde espacios mucho más amplios que aquellos vinculados a la formación académica
y la producción historiográfica. En Argentina el interés por los agentes que participan
en la construcción y reformulación de la memoria ha estimulado la producción de
estudios renovadores dedicados básicamente al período 1970-1983; pero los muy
variados ámbitos que en los años anteriores suscitaron representaciones del
pasado apelando a la preservación del conjunto de objetos, sitios y monumentos
considerados de significación histórica, constituye un campo de estudios casi
virgen[1].
Dentro de las instituciones estatales con capacidad
para operar sobre la historia y la memoria se incluye la primera estructura
administrativa surgida en la Argentina con el objeto de delinear políticas
públicas de intervención sobre un conjunto específico de bienes muebles e
inmuebles de interés histórico: se trata de la Comisión Nacional de Museos y de
Monumentos y Lugares Históricos (CNMyMyLH) organizada
en 1938 y puesta bajo dependencia del Ministerio de Justicia e Instrucción
Pública de la Nación. Desde su organización y hasta el año 1946, esta entidad
fue presidida por Ricardo Levene - uno de los mayores
exponentes del campo historiográfico y cultural a nivel nacional- y su primera comisión
directiva reunió a más de una docena de hombres con experiencias diversas
dentro del espacio cultural: algunos se habían iniciado como coleccionistas,
publicistas, historiadores o directores de museos mientras otros eran abogados,
arquitectos, dirigían archivos, bibliotecas e institutos donde desarrollaban
sus actividades los historiadores con mayor grado de profesionalización. A ellos
se sumaron los directores de los museos históricos que dependían de la CNMyMyLH[2]
y los delegados provinciales que desde 1939 se incorporaron de manera
paulatina: se trataba de intelectuales que comenzaban a afianzarse en la
acumulación de capital social y simbólico a través de su inserción en
estructuras formales del campo cultural y que en muchos casos actuaban como
operadores culturales, intermediarios, mediadores y articuladores de discursos,
lenguajes y relaciones de diverso tipo, dedicados a recuperar episodios
históricos y hombres olvidados de los pasados provinciales[3].
Lo que unía a este grupo heterogéneo de individuos ligados de manera diversa a
la estructura administrativa de la CNMyMyLH era, por
un lado, sus vinculaciones con el quehacer historiográfico y la cultura
histórica; por otro, sus experiencias directas o indirectas en la función
pública en el ámbito local, nacional o provincial.
Las diferentes denominaciones que fue adoptando la CNMyMyLH a lo largo de los años[4]
sugiere problematizar sobre lo que sus integrantes esperaban de ella en el
marco de la institucionalización de un espacio específico vinculado a la
preservación de bienes de interés histórico del cual aún se tiene escaso
conocimiento empírico. De hecho, la reconstrucción del conjunto de actividades desplegadas
por la institución tanto en Buenos Aires como en el interior del país, es aún
una deuda pendiente de la historiografía.
El presente artículo explora los diferentes modos de intervención de la CNMyMyLH en la organización de los museos históricos instalados en el edificio capitular
salteño durante la década de 1940. En primer lugar, se reconstruye
el proceso en el cual, en los años anteriores a la constitución de la Comisión,
el edificio fue declarado monumento histórico nacional con el objeto de
instalar un museo, dotándolo de los discursos y representaciones sobre el
pasado que circulaban entre los historiadores. En segundo lugar, se analiza el
período 1938-1945, cuando la CNMyMyLH pasó a
administrar el monumento, lo restauró y propició la instalación del Museo
Histórico Colonial y de Bellas Artes dependiente de la Provincia de Salta.
Finalmente, se examinan los años en los cuáles se organizó el Museo Histórico
del Norte con sede en el mismo edificio capitular, inaugurado en 1949 bajo
supervisión nacional.
La elección del caso salteño se sustenta en la
posibilidad de indagar las prácticas y
formas de intervención de individuos e instituciones en torno a un mismo tipo
de proyecto cultural en tres períodos claramente diferenciados: los años
previos a la organización de la CNMyMyLH durante los
cuales se ideó un museo en el edificio capitular; la etapa en la cual la
Comisión bajo dirección de Levene restauró el inmueble
e inauguró el primer museo; finalmente el período en el cual el historiador
renunció a la institución, coincidente con la formación del Museo Histórico del
Norte que permanece hasta la actualidad[5].
El conjunto de fuentes documentales que sustenta la
investigación está integrado por documentos editados de carácter institucional. Un
primer grupo se compone de folletos e impresos publicados por los museos
históricos de Salta durante la década de 1950 y 1960 a lo que se suma la prensa
local de época. Un segundo grupo está constituido por las boletines anuales de la
CNMyMyLH editados entre 1939 y 1950 cuya riqueza es
múltiple: reproducen documentos oficiales sobre la organización de los museos
salteños; contienen relatos construidos por agentes vinculados a ellos - memorias
e informes enviados por los directores de museos en Salta, por lo delegados provinciales
de la CNMyMyLH y por el presidente de la entidad a
sus superiores-; finalmente, al menos hasta el año 1947, las publicaciones
contienen la transcripción de las actas de las reuniones mensuales de la CNMyMyLH donde se discutieron cuestiones vinculadas a los
museos. El corpus de documentos brinda entonces un panorama amplio sobre la
organización de los museos de Salta enfatizando en las prácticas y decisiones
adoptadas desde Buenos Aires, pero incluyendo también el complejo entramado de acciones
y voluntades desplegadas en el ámbito local.
El edificio del Cabido de Salta
La pretensión o renuencia de sostener las
interpretaciones historiográficas que hacían de la Revolución de Mayo el origen
de la nación mediante la conservación de los edificios en donde habían sucedido
los principales acontecimientos políticos, merece aún ser problematizado desde
perspectivas interdisciplinarias que centren su atención en el proceso de
construcción de la noción de patrimonio[6].
Sabemos que mientras la mayor parte de las construcciones habían sido
demolidas, en 1918 se restauró el inmueble del antiguo Cabildo
de la Villa de Luján transformándose en sede del Museo
Histórico y Colonial de la Provincia de Buenos Aires[7]:
el objetivo en este caso era destacar la “tradición colonial” de la ciudad y de
la Provincia y enfatizar la participación del Cabildo en el proceso
revolucionario iniciado en Buenos Aires. La propuesta cultural promovida
por políticos e historiadores comenzaba así a dotar de materialidad una
concepción de la nación que sin desplazar a la anterior que focalizaba en los
sucesos de mayo, ponía el eje en la tradición hispánica y católica cristalizada
en algunos espacios provinciales. De hecho, desde 1923 esta idea fue divulgada
por el historiador y
director del Museo, Enrique Udaondo, a través de múltiples dispositivos
visuales entre los cuales los desfiles y fiestas populares donde se teatralizaba la
vida en los tiempos de la colonia, fueron componentes centrales[8].
En este marco, el edificio del Cabildo y sede del Museo Colonial instalado en
el casco histórico frente a la iglesia, se constituía en escenario privilegiado
para mostrar que la nación preexistía a Mayo y a Buenos Aires.
En este
clima de ideas que involucraba también a los estudiosos de la historia[9],
se discutió y aprobó un proyecto de ley para declarar “monumento nacional”
al edificio del Cabildo porteño. Entre 1932 y 1933,
ante la posibilidad
de que fuera demolido para levantar en su terreno una construcción moderna como
sede de la intendencia de Buenos Aires, el diputado Carlos Alberto Pueyrredón[10]
presentó el
proyecto que suscitó el apoyo de la opinión pública, de los historiadores, de
los directores de museos y hasta del propio Presidente de la Nación: el
texto proponía restaurarlo y convertirlo en sede de un museo histórico
evocativo de la Revolución de Mayo que conservara los restos materiales de los
episodios consagrados como “fundadores” de la nación. El
senador salteño Carlos Serrey defendió la idea argumentando
sobre la “honda crisis moral” que soportaba la humanidad y la sociedad
argentina y exponiendo las razones por las cuáles la recuperación del edificio
debía transformarse en instrumento para la defensa de tradiciones que suponía
amenazadas[11].
El proyecto se transformó en ley; pero, aunque la
instalación del museo no fue implementada en lo inmediato, sentó precedentes.
En efecto, a mediados de 1934
Serrey presentó un proyecto de ley estableciendo
“monumento nacional” al edificio salteño tomando como antecedente la
declaratoria de la construcción porteña. Las políticas estatales de modernización territorial, la
transformación de los espacios en lugares de ocio y de turismo, la ampliación
de las redes camineras y la visibilidad de los monumentos y lugares
turísticos salteños en los relatos publicados en la prensa porteña, propiciaban
la iniciativa[12].
Además, el “momento político” parecía adecuado: al entusiasmo local generado
por la decisión del Papa Pio XI de elevar a la ciudad de Salta a la categoría
de Arquidiócesis[13],
se sumaba el viaje del Presidente Agustín P. Justo a la provincia programado
para julio.
La presentación del proyecto
sumaba prestigio personal a Serrey, reconocido en su
provincia por su trayectoria como legislador, católico ferviente y escritor de
temas históricos evocativos de la acción benéfica de la iglesia durante la
conquista. El senador sabía que recibiría el apoyo de las familias de la élite
política y cultural salteña que, como él, ostentaban con orgullo el haber participado
del proceso independentista. Uno de los miembros más representativos de este
sector de la sociedad era Robustiano Patrón Costas - quizás uno de los hombres
más fuertes de la política argentina de la primera mitad del siglo XX- con
quien Serrey tenía una profundad amistad. También el político,
jurista e intelectual Carlos Ibarguren Uriburu, de reconocida actuación en el
ámbito académico e historiográfico nacional; el senador y ex gobernador de Salta Ricardo Solá, y el abogado y político
Atilio Cornejo, quienes retomaban
el ideario de Bernardo Frías haciendo de Güemes el paradigma de la salteñidad[14].
En estos relatos, la tradición católica proveniente de la conquista, los
cabildos como instituciones primigenias en los orígenes de la nación y las
familias salteñas descendientes de los protagonistas del proceso
revolucionario, se transformaban en “fuentes de tradición” de la historia local
que Serrey proponía visibilizar mediante la
recuperación del edificio capitular. A su vez, el colaborador en la redacción
del proyecto de ley había sido el secretario privado de Serrey,
Carlos Gregorio Romero Sosa[15],
a quien veremos interactuar años después, junto a Solá y Cornejo, con la CNMyMyLH.
El proyecto fue discutido en el Congreso el 3 de julio de 1934. Su
autor lo defendió reafirmando la concepción de nación que ubicaba su centro
simbólico en 1810 y 1816 pero destacando también los elementos de aquella
tradición nacional hispano-católica representada según él, por el edificio
salteño: recordaba que los dos edificios que “personificaban” las
dos grandes fechas de la historia eran la Casa Histórica de Tucumán y el
Cabildo de Buenos Aires, por entonces abandonado a su suerte; pero también
incluía el
edificio capitular de su provincia, por su arquitectura
colonial y por haber sido “el teatro de todo el desarrollo histórico del Norte”,
desde el siglo XVI hasta las campañas por la Independencia[16].
La
propuesta autorizaba al gobierno provincial a expropiar el edificio para
conservar su arquitectura e instalar un museo histórico, social y artístico. Conociendo
el museo con sede en el edificio capitular de Luján[17]
y habiendo defendido el proyecto de organizar uno en el monumento porteño, la
idea de Serrey no parecía original. Sin embargo, es
altamente probable que ella se apoyara también en una antigua propuesta local
de organizar un Museo Histórico, Colonial y de Bellas Artes dependiente del
gobierno de la Provincia de Salta, que comenzó a constituirse hacia 1928 en un
edificio muy cercano al Cabildo, pero que luego del Golpe de Estado de 1930
quedó interrumpida[18].
Por otro
lado, el texto del proyecto proponía que, ante la imposibilidad financiera del
gobierno provincial, la nación transfiriera $ 300.000 para expropiar el
edificio, lo cual impuso las primeras resistencias. La primera provino de la
Comisión de Negocios Constitucionales -quien sugirió bajar la cifra a $ 200.000-
y la segunda del cuerpo de senadores quienes discutieron largamente los motivos
por los cuáles se involucraba a la provincia si el monumento sería “nacional”. En
medio de la confusión reinante, un senador santafesino propuso que el monumento
fuera “provincial” y que la nación se permitiera retirar su “auxilio”
monetario, pero ello significaba desestimar la importancia de los hechos
históricos que según Serrey involucraban a la nación
y que en realidad dotaban de legitimidad a la transferencia del dinero[19].
Considerando la ausencia de legislación nacional, la expropiación de edificios
públicos entre jurisdicciones era un tema de resolución compleja. Para saldar la
discusión optaron por eliminar las referencias - que mucho suponían obvias- sobre los aportantes del dinero: dentro del
recinto se votó que fuera la Nación quien expropiara el edificio – y no el
gobierno salteño como proponía Serrey-, pero a los efectos
prácticos, la solución no hacía más que paralizar las obras. En efecto el
senador debió esperar hasta principios de 1937 para que su proyecto comenzara a
tomar un cauce definido: el
artículo 170 de la Ley 12.345 sobre presupuesto de gastos de la administración
nacional sancionada en enero de 1937, declaró monumento nacional al edificio
del Cabildo de Salta y autorizó al Poder Ejecutivo a expropiarlo con destino a museo
histórico social y artístico invirtiendo la suma acordada en 1934[20].
Aunque no se mencionaba la incumbencia del gobierno provincial en el futuro
instituto como lo había querido Serrey, la ley
establecía que la Nación aportaría el dinero para ponerlo en marcha.
El proyecto prometía concretarse en
un contexto cultural propicio. Por un lado, la revalorización de la herencia
hispana suscitada en el marco del impacto social y político que provocó en la
Argentina el inicio de la Guerra Civil Española (1936-1939), le daba buena
acogida. Por otro, adquirían entidad institucional las asociaciones dedicadas a los estudios históricos
locales: recordemos que en junio de 1937 el primer Arzobispo
de Salta Roberto J. Tavella, fundó el Instituto San Felipe y
Santiago de Estudios Históricos de Salta con una
clara impronta religiosa compartida y aceptada por todos sus miembros, incluido
Serrey[21]. Pero por ese entonces, la mayor parte
de los referentes de la cultura histórica local todavía no habían consolidado vínculos
formales con la corporación de historiadores nucleados en la Junta de Historia
y Numismática Americana (JHNA) presidida desde Buenos Aires por Ricardo Levene y el referente de esta institución en la provincia
norteña era el abogado e historiador Juan Carlos García Santillán[22].
El
cabildo y el Museo Histórico, Colonial y de Bellas Artes de la Provincia.
En marzo de
1938, varios de los historiadores y hombres de la cultura involucrados en la
gestación de prácticas e ideas vinculadas a la organización de museos
históricos, se asociaron para participar de manera activa en la CNMyMyLH bajo dirección de Levene;
entre ellos estaba Enrique Udaondo que dirigía el
Museo Histórico y Colonial de la Provincia de Buenos Aires con sede en el
edificio capitular de Luján[23].
Hacia mediados de ese año, los miembros de la flamante institución aceptaron el mandato del Ministerio de
Justicia e Instrucción Pública de transformar el edificio capitular porteño
en sede de un museo evocativo de los sucesos de mayo. Parecía ser que la
cercanía de Levene con los funcionarios del gobierno
nacional y su autoridad paralela sobre la Academia Nacional de la Historia y la
CNMyMyLH, comenzaba a establecer cierta coherencia
entre los discursos historiográficos, el culto cívico que el Estado consagraba a
la Revolución de Mayo y la preservación de los espacios vinculados de manera
directa con los acontecimientos “fundacionales” de la Nación. No era un detalle
menor.
Organizada la CNMyMyLH,
el arquitecto adscripto a la entidad Mario Buschiazzo
viajó a Salta y Jujuy para entrevistarse con los funcionarios del gobierno y diseñar
el plan de acción previsto en el interior del país: lo primera era relevar el
estado de los monumentos y considerar posibles interlocutores dentro de los
referentes culturales locales[24].
Explotando el dinamismo existente
en Salta, a mediados de 1939 Levene designó delegado provincial al presidente del Instituto
San Felipe y Santiago de Estudios Históricos Gerardo
Solá y a su secretario Miguel Ángel Vergara, quienes de inmediato deberían
enviar a Buenos Aires inventario e informes sobre monumentos y lugares de interés
histórico de la provincia[25].
La elección de Vergara no era un detalle menor ya que por ese entonces era uno
de los hombres más destacados del Arzobispado de Salta[26],
junto a Tavella.
Con el Museo Histórico del Cabildo y la Revolución de
Mayo inaugurado en Buenos Aires y próxima a sancionarse la ley de creación de
la CNMyMyLH, durante 1940 la entidad puso en práctica
su Plan de Restauración de Monumentos Históricos en el interior del país, que incluía
al edificio capitular de Salta[27].
El 29 de noviembre de 1940 el monumento pasó a ser administrado por la CNMyMyLH y Buschiazzo viajó a la
ciudad norteña para un primer informe técnico del inmueble. Allí se enteró que
la Asociación Amigos del Arte, las “personas cultas de Salta” y el Arzobispo Tavella, planeaban una exposición de objetos de arte para
las fiestas tradicionales de septiembre del año próximo[28].
Mientras Buschiazzo
dirigía las obras, en la CNMyMyLH acaparaban
expectativas sobre los beneficios de inaugurar el edificio capitular. Prevenido
por el arquitecto sobre la exposición planeada por los salteños y aun sabiendo que
la restauración definitiva demoraría un tiempo prolongado, en abril de
1942 Levene propuso a sus colegas que la apertura al
público constituiría un “acto de trascendencia” que debía llevarse a cabo en
septiembre, en el marco de las celebraciones por el 350° aniversario de la
llegada a Salta de la imagen del “Jesús del Milagro” (sic)[29].
Advertido sobre la asistencia del Presidente provisional Ramón Castillo, seguramente
imaginaba repetir el ritual del 25 de mayo del año anterior en Buenos Aires,
cuando Castillo – en carácter de Vicepresidente en ejercicio del Poder
Ejecutivo- visitó el edifico del Cabildo porteño recién restaurado y entonó el
himno nacional en el balcón, frente a la Plaza de Mayo. De este modo, Levene convenció a los demás miembros de la CNMyMyLH de sumarse a la organización de una exposición
histórico-artística de carácter regional bajo dirección de Atilio Cornejo, a
quien proponía como delegado de la entidad en el Cabildo de Salta[30].
Cornejo aceptó
el ofrecimiento y se dedicó al trabajo encomendado. Recibió el apoyo de la Asociación
Amigos del Arte y de Carlos Gregorio Romero Sosa, quien luego de redactar el
texto que había transformado el edificio capitular en monumento nacional, se
había ganado el respecto de Levene y continuaba
comprometido con la iniciativa de instalar un museo histórico local[31].
También de los referentes de la iglesia local como Vergara, que además de ser
delegado de la CNMyMyLH en Salta, desde mediados de
ese año pasó a integrar la primera Comisión Directiva de la Junta de Historia
Eclesiástica Argentina[32]
que tenía una misión similar a la CNMMyLH: cooperar en la conservación y la valoración de los
monumentos y objetos artísticos religiosos.
A
principios de agosto, Cornejo pidió postergar la inauguración dado que la
restauración no concluía, pero Levene se negó rotundamente
argumentando que debía celebrarse “con un acto público de gran significación” como
lo había sido el de Buenos Aires. Ante su empeño, Buschiazzo
propuso habilitar la exposición en uno de sus salones ya terminados y durante agosto
y los primeros días de septiembre, Cornejo mantuvo comunicación fluida con Levene ultimando detalles[33].
En la ciudad de Salta las
expectativas eran altas no tanto por la exhibición histórica sino porque se
trataba de un programa de actos multitudinarios de varios días en el marco de
celebraciones religiosas a las que asistirían las autoridades políticas de la
nación y de la provincia[34].
El programa de festejos se inició el lunes 14 de septiembre con referencias
a la tradición católica y a la participación de las familias tradicionales de
Salta en los acontecimientos de la historia nacional: luego del “apoteósico” recibimiento de Castillo,
por la noche se realizó una función cinematográfica al aire libre en la Plaza Güemes
con la proyección de dibujos, noticieros y la película “El cura gaucho” en un
contexto en el cual las distintas representaciones sobre el pasado iban
incluyendo al gaucho como actor protagónico en la construcción de la nación[35].
A la misma hora, en el edificio del Cabildo ubicado en la plaza principal, se abría
al público la Exposición Regional Histórico- Artística promovida por Levene.
El
historiador había sacado provecho a la visita presidencial a Salta; pero no era
el único: con propósitos similares, el miércoles 16, luego de la peregrinación,
se inauguró el Primer Congreso de Cultura Hispano Americana con la presencia de
las “fuerzas vivas” de Salta, el Presidente, el Ministro de Relaciones
Exteriores, el Embajador de España en la Argentina y la comitiva del Centro Acción
Española. En este clima la propuesta incentivada por Levene
era trascendente. La restauración de un sector del edificio capitular visibilizó
las similitudes arquitectónicas y espirituales de Salta y Castilla que según
los diarios locales derivaba de la perenne estirpe cristina e hispánica. Además,
fortaleció la idea de la peculiar personalidad salteña que no se parecía a las ciudades modernas y se
distinguía en cambio por las casas “genuinamente coloniales” y “el espíritu
religioso”[36].
La exposición instalada puertas
adentro del edificio permaneció abierta durante trece días y aunque quedó opacada
por el abigarrado programa de festejos[37],
pareció cumplir con el objetivo principal de la elite cultural salteña:
constituirse en el paso previo para la instalación del Museo Colonial,
Histórico y Arqueológico de Salta. Así lo manifestaba Atilio Cornejo a Levene el mismo día de clausurada la muestra: mientras sugería
no confiar solo en las donaciones que pudieran obtenerse ni en el débil erario
de la provincia, proponía “afrontar de lleno el carácter nacional” del futuro
museo poniéndolo bajo dependencia de la CNMyMyLH[38].
Satisfecho con la realización de la exhibición, su intención era crear de inmediato
un compromiso de colaboración entre nación y provincia: según su criterio, la
primera debería aportar el material existente en los museos dependientes de la
Inspección Nacional de Escuelas mientras hiciera “propaganda” desde los
Ministerios; la segunda en cambio contribuiría con los objetos del museo provincial,
de los museos escolares, del archivo y de otras dependencias mientras impulsara
el desarrollo turístico de la provincia. Convencido por la propuesta, a fines
de 1942 Levene ilustró a sus superiores sobre las
“prácticas patrióticas” promovidas por la entidad que presidía y afirmó su decisión de que el
Cabildo se constituiría en sede del Archivo General de la Provincia y de un
museo histórico. En cuanto a Atilio Cornejo y Romero Sosa, la organización de la
exposición les trajo aparejado el acrecentamiento de sus capitales sociales y
culturales mediante el reconocimiento a su labor por parte de los historiadores
porteños[39]. Finalmente,
la Sociedad Amigos del Arte que había aportado la idea primigenia de organizar
la muestra, consideró que la CNMyMyLH que ahora administraba
el monumento debía ceder algunos locales para el funcionamiento de la entidad.
Aunque la restauración total del
edificio capitular estaba lejos de concluirse, entre abril y mayo de 1943 la CNMyMyLH tomó dos resoluciones de importancia respecto del
inmueble: aceptó ceder espacios a la Sociedad Amigos del Arte y decidió
instalar “un Museo Histórico y Colonial” que según sugerencia de Cornejo a Levene, sería dirigido por su amigo y colaborador Romero Sosa[40].
Aunque los salteños celebraron la iniciativa, ella estaba lejos de ser informada
al Ministro de Justicia e Instrucción Pública de la Nación de la cual dependía
la CNMyMyLH.
El Golpe de
Estado del 4 de junio y la asunción de Pedro P. Ramírez tres días después, no
afectó las gestiones de instalación del futuro museo: desde Buenos Aires la CNMyMyLH continuó tramitando con los funcionarios de
jurisdicción nacional y provincial para acelerar las obras de restauración del edificio[41].
Hacia
finales de 1943 entonces, había un nutrido grupo de interesados en que se
instalara un museo en Salta pero la cuestión radicaba en el tipo de
representación histórica que emanaría de él. Los salteños imaginaban uno que
representara la cultura e identidad provincial, que recogiera la tradición
colonial expresada desde el edificio capitular y enfatizara la intervención local
en el proceso independentista. Desde Buenos Aires, Levene
impulsaba en cambio un “Museo Regional del Norte” que excediera la frontera
salteña y pusiera el eje en la región que durante el siglo XVIII había comprendido
la Gobernación Intendencia de Salta del Tucumán[42].
La diferencia de criterios no era menor y se puso de manifiesto en la elección
de las fechas que unos y otros proponían para inaugurar el edificio, lo que
involucraba también la agenda presidencial: el Interventor General de la Provincia
estimaba hacerlo el 20 de febrero de 1944, aniversario de la Batalla de Salta,
dado que luego de esa victoria Belgrano habría colocado la bandera Argentina
por primera vez en los balcones del edificio capitular; Levene
proponía el 16 de abril porque el Cabildo se relacionaba más con la fundación
de la ciudad[43],
destacando de esa manera la funcionalidad de la institución en el siglo XVI, en
un período previo a la existencia de la Argentina.
El museo
finalmente no se inauguró en febrero, pero las causas no fueron el desacuerdo historiográfico:
además de la convulsionada situación política[44],
la CNMyMyLH debía resolver aún cuestiones
administrativas que no eran detalles menores. La Subcomisión Museos dictaminó que
la ley de presupuesto de 1937 no especificaba si el museo debía ser nacional o
provincial lo que indicaba que Romero Sosa había sido nombrado director de un
museo oficialmente no creado. También informó que “respondiendo a las
aspiraciones del pueblo de Salta”, el vocal Rómulo Zabala había propuesto que el
instituto tuviera carácter provincial “bajo superintendencia de la CNMyMyLH”. En marzo la Subcomisión de Monumentos aprobó esta
moción[45],
pero en abril la Subcomisión de Reglamento y Hacienda dio a conocer la opinión
del asesor legar del Ministerio de Justicia e Instrucción Pública de la Nación
que consideraba que el museo debería tener carácter nacional y no provincial.
El problema radicaba en la nación no contaba con fondos para establecer el “museo
regional”, por lo tanto, se autorizaba a la CNMyMyLH a
acordar con la provincia el establecimiento de un museo que quedaría a su cargo
de manera provisoria[46].
Al menos en
las esferas burocráticas todo parecía encaminarse; pero un altercado entre el
designado director Romero Sosa y el Ministerio de Instrucción Pública culminó
en el revocamiento del cargo del salteño. A pesar de estas desavenencias, el
Ministerio accedió a ceder algunos locales del edificio para la instalación del
museo histórico provincial. Levene propuso que fueran
los de la planta alta ya restaurados mientras coordinaba con el Ministro la
fecha para su inauguración[47].
Los meses tentativos eran octubre o noviembre, pero el acto debió postergarse
nuevamente: además de la paralización de las obras, muchas personas dispuestas
a efectuar donaciones para el museo habían cambiado de parecer, seguramente debido
a la destitución de Romero Sosa. Desentendiéndose de estos problemas, desde
Buenos Aires los historiadores continuaron con la búsqueda de alternativas
proponiendo que en las instalaciones dependientes de la CNMyMyLH
funcionara más de un museo[48].
Finalmente,
hacia principios de 1945 las obras de restauración a cargo de la Dirección de
Obras Públicas de la Nación y la instalación del museo estaban próximas a concretarse.
El 28 de marzo el Ministerio de Gobierno, Justicia e Instrucción Pública de la
Intervención Federal oficializó la creación del Museo Colonial, Histórico y de
Bellas Artes de la Provincia de Salta fijándose su inauguración el 16 de abril,
aniversario de la fundación de la ciudad de Salta, como había propuesto Levene. El decreto establecía que funcionaría en el
edificio del Cabildo cedido por la CNMyMyLH y
nombraba a las personas que estarían a su cargo: como director Rafael P. Sosa, y
como secretario y funcionario técnico, el director destituido meses antes, Carlos
Gregorio Romero Sosa[49].
En cuanto a
sus características, la intervención de los funcionarios provinciales había
jugado a favor ya que según el decreto el Museo centralizaría “todo cuanto atañe a la historia colonial patria y a la tradición de la
provincia de Salta[50].
Pero no había referencias a las partidas presupuestarias que lo solventarían.
Para la formación de sus colecciones se reunirían cuadros, objeto de carácter
histórico y otras expresiones artísticas existentes en las reparticiones
públicas de la provincia y se arbitraría los medios adecuados para adquirir los
que existiesen fuera de ellas. Los mecanismos eran los mismos para poner en
funcionamiento museos de otras orientaciones disciplinares sin afectar las
arcas del Estado[51].
Un nuevo museo histórico se había creado, aunque las iniciativas no estaban a
la altura de las expectativas de Levene, quien seguía
argumentando en favor de un Museo Histórico Social Regional de dependencia
nacional[52].
Pero hasta tanto no se contarán con los fondos necesarios, la CNMyMyLH debía capitalizar la actividad.
El 16 de
abril de 1945 Levene viajó a Salta. En su discurso
explicó que la historia del pueblo salteño se identifica con la historia de la
nación; pero no vinculaba al Cabildo de la ciudad con la Revolución de
Mayo:
Los Cabildos no (…) engendraron
la Revolución emancipadora, que brotó como una necesidad histórica y como idea
luminosa de la entraña de la vida social, de su intensidad y plenitud y no de
una institución circunscripta o de un hombre genial. Pero los Cabildos fueron desde
su establecimiento, el armazón rudimentario en torno del cual se formaron los
pueblos, el órgano de su autonomía, voces que reclamaban la satisfacción de sus
vitales necesidades contra la absorción poderosa de Buenos Aires, expresiones
enérgicas del regionalismo y el localismo trocadas con el tiempo en el
federalismo, que fue adoptando diferentes formas, desde la descentralización
administrativa a la confederación, el caudillismo, la federación pura, la
federación mixta, el hecho vertebral de la Historia Argentina hasta nuestros
días, que muestra la necesidad de estudiarlo desde sus orígenes, siguiendo el
curso de las series históricas[53].
El discurso
de Levene asimilaba los Cabildos a la cuna del
federalismo. Las palabras del director del Museo provincial que se alojaba en
su interior, ponderaban en cambio la función de la institución capitular en “los momentos en que la Patria nacía”:
La adhesión de Salta al pronunciamiento de Mayo, las órdenes para
cooperar con Belgrano, en la batalla epónima; los poderes legales que hicieron
posible la epopeya del General Güemes y sus gauchos y en serie no interrumpida
de actos, la adhesión y contribución de la provincia a todos los
acontecimientos esenciales de nuestra historia. Por eso éste Cabildo fue a la par,
su corazón y su cerebro[54].
Levene mencionaba la colaboración de
las autoridades políticas nacionales para restaurar el monumento; Rafael P.
Sosa en cambio, no olvidaba a “los generosos y selectos hijos de Salta” que habían
reunido el acervo de un museo concebido desde una identidad claramente
provincial.
El Museo
Histórico del Norte.
La
inauguración del emprendimiento cultural salteño se concretó mientras Levene alcanzaba la cumbre de su carrera profesional[55],
en un contexto de relativo acercamiento entre los
hombres de la CNMyMyLH y el gabinete de Edelmiro J. Farrell. Esa proximidad duró poco más que un año: con la asunción de Juan D.
Perón a la Presidencia de la Nación y el comienzo de las disputas en torno al
campo cultural, Levene y los demás integrantes de la
comisión renunciaron a sus cargos quedando inconcluso el proyecto del Museo Histórico-Social y
Regional en Salta.
La CNMyMyLH
cambió sus autoridades y al diseñar el plan de acción para el año 1947, reflotó
la idea de organizar un museo histórico dependiente de la nación en el edificio
capitular salteño. Entre enero y mayo de ese año, el director interino confirmo
a Ricardo Solá en su cargo de delegado en Salta, pidió autorización al Poder
Ejecutivo Nacional para crear el “Museo Histórico del Norte” y nombró a Miguel
Ángel Vergara para dirigirlo[56].
Las continuidades parecían ser más visibles que los
cambios, pero era solo una apariencia que encubría transformaciones
sustanciales en las políticas públicas llevadas a cabo durante el peronismo[57].
Por un lado, el museo regional promovido años antes por Levene
había transmutado en Museo Histórico del Norte quitándole dimensión
historiográfica pero consolidando al “Norte Argentino” como región apta para el
desarrollo del turismo popular[58].
Por otro lado, el impulso que recibió la
CNMyMyLH desde mayo de 1948 - cuando dejó de depender
del Ministerio de Justica e Instrucción Pública y pasó a la órbita de la recién
creada Subsecretaría de Cultura de la Nación (SSCN)- fue notoria y contrastaba
con la autonomía de criterios y los escasos fondos públicos invertidos los años
previos: al frente de la nueva Subsecretaría fue nombrado Antonio P. Castro, una
figura experimentada en la gestión de museos e interesada en revitalizar las
iniciativas promovidas por la CNMyMyLH a cargo ahora
de Eduardo Acevedo Díaz[59].
Inmediatamente después de la asunción de estos dos hombres, una partida de
dinero de la SSCN permitió iniciar la organización primaria del Museo Histórico
del Norte comprándose los libros de registros, el mobiliario y los demás
elementos indispensables para su puesta en funcionamiento: el 17 de septiembre
de 1948 Vergara pudo instalar la dirección del Museo en los locales que le
correspondían en el edificio del Cabildo y dar por iniciada la labor de los
primeros cuatro empleados de la institución[60].
Las colecciones que comenzó a formar el Museo
Histórico del Norte estuvieron orientadas a los objetos de carácter religioso
dadas las vinculaciones de su director. También a la arqueología, la cultura
indígena, el folclore, la numismática y el ejercicio del periodismo[61]:
por un lado, ello reflejaba la diversidad de objetos y colecciones aún no incorporadas
al Museo Histórico provincial más dedicado a representar aspectos de la
historia política y “patriótica” de Salta; pero también expresaba la difusión y
visibilidad que estaban adquiriendo las prácticas de recuperación de elementos
folclóricos llevadas a cabo en las provincias del Norte desde las universidades
o desde el Instituto Nacional de la Tradición organizado el 20 de diciembre de
1943 bajo dirección de Juan Alfonso Carrizo[62].
El Museo
Histórico del Norte fue inaugurado el 14 de agosto de 1949 en un clima de
intensa conflictividad local[63].
Probablemente en el marco del recorrido que por esos momentos se llevaba a cabo
por el interior del país para “democratizar el acceso a la cultura”[64],
las autoridades gubernamentales organizaron un amplio programa de actividades
culturales entre las que se incluía la inauguración del museo en Salta. La
comitiva estaba encabezada por una delegación de la Comisión Nacional de
Cultura presidida por Antonio Castro, el gobernador de la Provincia y varios
integrantes de la CNMyMyLH[65].
Además, estaba prevista la presencia de artistas plásticos que inaugurarían una
exposición en el Salón del Consejo General de Educación, concertistas de piano
que tocarían por la noche en el Cabildo y músicos que ofrecerían un acto
folclórico en la Sociedad Española dada la efervescencia que por esos años
comenzaba a adquirir el arte, el cuarteto musical y la música popular del norte
argentino desarrollado en las “cantinas”[66].
Al igual
que en 1945, en el acto de inauguración del museo hablaron el Presidente de la CNMyMyLH y el director de la institución. Pero los hombres
eran otros y el contexto político había cambiado. Acevedo Díaz destacó la
misión de la flamante SSCN y
de la CNMyMyLH que
dirigía, recordó el 21 de
abril de 1947 cuando el Presidente Juan D. Perón autorizó la fundación del
Museo, y el mes de mayo de
1948 cuando la SSCN incluyó las partidas de dinero para su funcionamiento[67].
Subrayó luego que el Museo Histórico del Norte se inauguraba en los días
dedicados a la memoria de San Martín, una figura por entonces consagrada en el
imaginario nacional como “Padre de la Patria”, indiscutida por los más amplios
y diversos sectores sociales, políticos y culturales. Retomando ideas previas
sobre la reescritura del pasado local en clave nacional, refirió al año 1817 cuando
“el pueblo de Salta y su adalid, el General Güemes,
abroquelaron a nuestra Argentina librándola del invasor” y vinculaba
este hecho con el cruce de los Andes ideado para forjar el destino de una América
independiente y una “Argentina libre”. Pero en el discurso del funcionario, Salta
era también la tierra de la conquista, de las raíces indígenas, del mestizaje y
de los gauchos:
Salta es la
del señorío de la conquista; la de los valles de Juan de Calchaquí; la de río
de juramento, la de la preclara gente de
la guerra gaucha – niños, mujeres y hombres-; la tierra que vio ondular por
primera vez nuestra bandera en un campo de batalla, el solar de insignes
varones, Salta, cuya gracias remeda la de sus mujeres y que es uno de los
regazos de la acendrada tradición del país.[68]
Salta reflejaba el legado cultural
y espiritual de los conquistadores hispanos en la formación de la nacionalidad,
un legado que según las apropiaciones de los propagandistas del peronismo, había
transformado a los sectores populares, al indio, al gaucho, a las mujeres y los
niños en cristianos dignos[69].
Finalmente, en un discurso destinado a interpelar a la elite salteña, Acevedo
Díaz llamaba a que las “reliquias de Salta”
salieran del ámbito familiar y fueran entregadas al Museo:
Un museo
es un nivelador de cultura. Todo lo que contribuye a formar la voz común, la
emoción común, debe ser objeto de coparticipación. De esta manera se ensamblan
espiritualmente los pueblos, su modo de ser, de sentir, de pensar (…) Es propio
de los que son cultos practicar el altruismo, generoso sentimiento de hacer
algo en favor de los otros para elevarlos en su perfeccionamiento. Yo sé que
Salta ha sabido guardar. Cuando se tiene una historia de proeza y de cultura,
la devoción viene en pos. Hago el llamado para que éste Museo sea el más
valioso del país. El patriotismo de los salteños debe responder[70].
A su turno, el director del Museo
Miguel Ángel Vergara, destacó el
impulso cultural del Gobierno de la Nación, la “acción
entusiasta y efectiva, tesonera y talentosa” del Subsecretario de
Cultura y la “preocupación” del Presidente de
la CNMyMyLH[71].
Pero el mayor reconocimiento era para quienes habían aportado los objetos “guardados con inteligencia y amor por instituciones y personas de
vieja raíz salteña”. Y por supuesto en su carácter de representante
de la Iglesia Católica, enfatizó en la acción de los Gobernadores, Alcaldes y
Regidores que durante los siglos de “conquista y colonización
cimentaron la grandeza y la cultura de esta tierra”. Esa “grandeza” se reflejaba “en la reliquia más bella
del Norte Argentino” que era nada más y nada menos que la sede del
museo que dirigía.
************
En 1950 el edificio donde había
funcionado el antiguo Cabildo de Salta contenía dos museos históricos; el primero
bajo jurisdicción de la provincia y el segundo de la nación[72].
En la organización de ambos institutos y en el proceso previo de declaratoria
del edificio como monumento, se vieron involucrados de manera directa o
indirecta un conglomerado muy diverso de agentes, desde funcionarios de
gobierno, hasta historiadores
y hombres de la cultura que interactuaban en el ámbito nacional y/o local. Cabe
por lo tanto señalar al menos dos niveles de actuación, una más vinculada a la
organización formal y administrativa de las instituciones y otra si se quiere
más ligada a la producción, circulación y apropiación de relatos y
representaciones del pasado que emanaron de ellas.
En cuanto a la primera cuestión, se
pudo comprobar que al igual que sucedía con los museos orientados a otras
disciplinas, los impulsores de los museos históricos de Salta guiaron sus
acciones por experiencias previas reconocidas como exitosas o bien promovieron proyectos
culturales olvidados reapropiándolos y dotándolos de nuevos significados según
el contexto político, con el objeto de obtener prestigio y reconocimiento
personal entre sus pares o sus superiores. Para materializar sus propuestas en
estas condiciones de imprecisión y ambigüedad, recurrieron al capital político
y social disponible en función de los cargos que desempeñaban en las distintas
estructuras y dependencias del Estado. También, apelaron a la capacidad de los
funcionarios públicos de amoldarse a situaciones y requerimientos originalmente
no previstos, como por ejemplo la posibilidad de “pedir auxilio” a la nación o
la provincia según consideraran conveniente. En este marco, la tensión entre
nación y provincia se vio cristalizada en el debate del Congreso desarrollado
bajo argumentos tales como la “significación histórica nacional” del inmueble.
Por otro lado, si bien la organización del Museo Histórico Colonial
y de Bellas Artes de la provincia derivó del interés que despertó la iniciativa
en el seno de la CNMyMyLH y de las negociaciones
entre sus actores más representativos y los diferentes elencos del gobierno
nacional y provincial, estás prácticas se cimentaron en la fertilidad del campo
historiográfico local institucionalizado previamente. No es un detalle menor que Levene incorporara como delegados provinciales a los
fundadores del Instituto San Felipe y Santiago dirigido por
eclesiásticos y que de allí surgieran los colaboradores para organizar luego
exposiciones y museos. Es evidente que durante la gestión de Levene al frente de la CNMyMyLH
se dieron los pasos decisivos para la organización primaria de los museos
históricos salteños dado que instalado el primero bajo jurisdicción provincial,
el segundo de dependencia nacional ya había sido ideado. Sin embargo, la
inauguración del Museo Histórico del Norte en 1949, ya alejado Levene de la Comisión, refleja que tampoco la concreción de
estos proyectos había quedado sujeta a su voluntad sino que, por el contrario, intervinieron
aspectos complejos que incluían también las estrategias y decisiones políticas
de los administradores del Estado.
En cuanto a la segunda cuestión,
pudimos ver que la preservación del edificio capitular suscitó diferentes
representaciones que habían circulado en las décadas previas entre agentes
diversos vinculados al ámbito de la política y la cultura: en primer lugar proveyó de
materialidad a una concepción de la nación que sin desplazar a aquella que
focalizaba en los sucesos de Mayo - y que desde 1939 contaba con el edificio
del Cabildo porteño declarado monumento y sede de un museo- ponía el eje en la
tradición hispana y católica cristalizada en algunas ciudades de provincia,
como por ejemplo Luján y Salta. A diferencia de la ciudad bonaerense, las
iniciativas sobre instalación de museos en la provincia del Norte no parecen
haber estado vinculadas de manera orgánica con las doctrinas nacionalistas que
proliferaban en la Argentina por esos años, pero operaron sobre una sociedad
profundamente conservadora y católica que les dio cabida. Los acontecimientos
de septiembre de 1942 que de alguna manera se convirtieron en el puntapié
inicial para la organización de los futuros museos, dan cuenta de ello.
Por otro lado, la CNMyMyLH bajo dirección de Levene
contribuyó a visibilizar representaciones sobre el pasado y problemas historiográficos
que adquirieron dimensión material al interior del edificio capitular salteño: si
la nación restauraba y administraba la totalidad del monumento, la provincia instalaba
el museo que la nación no podía costear, por ejemplo. Pero mientras que para Levene el edificio-monumento engendraba el símbolo de la
división administrativa regional propia del período histórico colonial anterior
a la existencia de la nación, para los salteños el Museo Histórico, Colonial y
de Bellas Artes era el ícono representativo de la participación provincial en
la historia patria. Durante la gestión peronista y con Levene
ausente de la CNMyMyLH, las colecciones del Museo
Histórico del Norte suscitaron representaciones más amplias e inclusivas que
enfatizaban en la tradición patricia pero también en la raigambre indígena, mestiza,
popular y católica de la cultura salteña. En este marco, los aspectos del
pasado que por diferentes motivos los objetos no evidenciaban, fueron resaltados
por los funcionarios, que en el acto de 1949 delinearon aunque de manera
discursiva la trilogía San Martín-Güemes-Perón.
Ingresó: 12/09/14
Aceptado: 30/09/15
ENTRE NACIÓN Y PROVINCIA. LA ORGANIZACIÓN DE MUSEOS HISTÓRICOS EN SALTA
DURANTE LAS DÉCADAS DE 1930 Y 1940
Resumen
Palabras claves
Cabildo –
monumento- museos históricos – Salta – historiadores
BETWEEN NATION AND PROVINCE. THE
HISTORICAL MUSEUM ORGANIZATION IN SALTA DURING THE DECADE OF 1930 Y 1940.
Abstract
The
National Commission of Museums and of Monuments and Historical Places (CNMyMyLH), organized in 1938 under the direction of
historian Ricardo Levene, was the first
administrative structure emerged in Argentina in order to define public control
policies on goods and properties of historic interest. This article explores the
different forms of intervention of this institution in the historical museum
organization situated in the building where the old Cabildo
of Salta was established. The first part of the text reconstructs the process
by which in the years previous to the constitution of CNMyMyLH, the
building was declared
Key Words
Cabildo – monument - historical museum –
[1] Reflexiones sobre la transformación
de la memoria en objeto de estudio por parte de la historiografía Argentina en Cattaruzza, Alejandro, “Las representaciones del pasado:
historia y memoria”, en Boletín del Instituto de Historia Argentina y Americana
“Emilio Ravignani”, N° 33, 2010, pp. 155-164. Sobre
la actuación de Levene y los historiadores en la
década de 1930 en lo que refiere a divulgación patriótica en los ámbitos
educativos ver Suárez, Carlos Alberto y Saab, Jorge,
“El Estado, Ricardo Levene y los lugares de memoria”,
Clío y Asociados, N° 16, 2012, pp. 211-227; en Memoria
Académica,
Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional
de La Plata [en línea]
http://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/art_revistas/pr.5550/pr.5550.pdf [consulta: 14/7/2014].
Sobre organización y modos de
funcionamiento del Museo Histórico Nacional en su proceso formativo ver Malosetti Costa, Laura,
“¿Verdad o belleza? Pintura, fotografía, memoria, historia”, en Crítica cultural, N° 4, vol. 2, 2009, pp. 111-123 [en línea]
http://www.portaldeperiodicos.unisul.br/index.php/Critica_Cultural/article/view/138/152
[consulta: 11/7/2014]; “Arte e historia. La formación de las colecciones
públicas en Buenos Aires”, en Castilla, Américo (comp.),
El museo en escena. Políticas culturales y museos
en América Latina, Paidós, Bs. As., 2010, pp. 71-88; “Arte e
historia en los festejos del centenario de la Revolución de Mayo en Buenos
Aires”, en Historia Mexicana,
vol. LX, N° 1, julio-septiembre de 2010, pp. 439-471 [en línea]
http://www.redalyc.org/fasciculoBasic.oa?id=600&numero=21048 [consulta: 11/7/2014]. Blasco,
María Elida, “Comerciantes, coleccionistas e historiadores en el
proceso de gestación y funcionamiento del Museo Histórico Nacional”, en Entrepasados, Nº 36-37, 2011, pp. 93-111. Cárman, Carolina, Los orígenes del Museo
Histórico Nacional, Prometeo, Bs. As., 2013. Sobre el Museo
Histórico del Cabildo y la Revolución de Mayo ver Blasco, María Elida, “La
intervención de los historiadores en la organización del Museo Histórico del
Cabildo y la Revolución de Mayo (Buenos Aires – Argentina- 1938-1943)”, en Patrimonio e Memória, Vol. 10, N°
1, Universidade Estadual Paulista – Unesp/ Sao Paulo, Brasil, Janeiro- junho,
2014, pp. 4-27 [en línea]
http://pem.assis.unesp.br/index.php/pem/article/view/422 [consulta: 8/7/2014].
Sobre museos instalados en la Provincia de Buenos Aires ver Blasco, María
Elida, Un museo para la colonia. El Museo
Histórico y Colonial de Luján (1918-1930), Prohistoria, Rosario,
2011 a; “La hora del museo: la ‘Sala Uriburu’ del Museo Histórico y Colonial de
la Provincia de Buenos Aires (Luján, 1932)”, en Anais do Museu Paulista: História
e Cultura Material,
vol. 19, Nº 1, Universidad de San Pablo, enero-junio 2011 b, pp. 113-132 [en
línea]
http://www.scielo.br/scielo.php?pid=S0101-47142011000100004&script=sci_arttext
[consulta 8/7/2014]; “El peregrinar
del gaucho: del Museo de Luján al Parque Criollo y Museo Gauchesco de San
Antonio de Areco”, en Quinto Sol, Vol. 17, N° 1, Universidad Nacional de La Pampa,
2013 a [en línea]
http://ojs.fchst.unlpam.edu.ar/ojs/index.php/quintosol/article/viewFile/595/554
[consulta 8/7/2014]
“Museografía y recreación de la historia:
la formación del Museo Pampeano y Parque ‘Los Libres del Sur’ (Chascomús, 1939-1943)”, en Corpus, vol.
3, N° 1, 2013 b [en línea]
http://ppct.caicyt.gov.ar/index.php/corpus/article/view/1915/2664 [consulta
8/7/2014]
“La formación
del Parque Evocativo y Museo ‘Los Libres del Sur’ (Dolores, 1939- 1942)”, en Cuadernos del Sur/ Historia, N° 39, Departamento de Humanidades de
la Universidad Nacional del Sur, Bahía Blanca, 2010, pp. 9-36 [en línea]
http://historiapolitica.com/datos/biblioteca/pasadoprov_blasco.pdf [consulta 8/7/2014]
[2] El Museo Histórico Nacional, el
Museo Mitre, el Museo y Biblioteca de la Casa del Acuerdo de San Nicolás y la
Casa de Sarmiento en la provincia de San Juan estaban ya establecidos y en 1938
pasaron a depender de la entidad. El Museo Histórico Sarmiento y el Museo
Histórico del Cabildo y la Revolución de Mayo fueron organizados luego de ese
año, por impulso directo de la CNMyMyLH.
[4] El decreto del Poder Ejecutivo
Nacional de 1938 establecía la creación de la Comisión
Nacional de Museos y Lugares Históricos (CNMyLH) pero en el anteproyecto
de ley redactado por Levene meses después, es
mencionada como Comisión Nacional de Museos y de Monumentos y
Lugares Históricos (CNMyMyLH). A pesar de que la ley
fue sancionada en 1940 respetando este nombre, a partir de 1942 la denominación
cambió por Comisión Nacional de Museos y Monumentos Históricos (CNMyMH). En la actualidad volvió a ser designada con el
nombre con el que estableció la ley y así la denominamos en este trabajo.
[5] Los museos históricos salteños han
recibido escasa atención incluso por parte de los historiadores locales. Existe
una tesina producida en el marco de la carrera de Especialización
en Historia Argentina de la Universidad Nacional de Salta, que espera
ser defendida por su autora Teresita del Milagro Gutiérrez y que toma como
objeto de análisis la formación del Museo Histórico del Norte. Actualmente éste
es un complejo museístico dependiente del Ministerio de Cultura de la Nación
que comprende el Museo instalado en el Cabildo, el Museo Presidente José E.
Uriburu y el Museo Posta de Yatasto. Sitio web
[6] La mayor parte de los estudios están
dedicados a las intervenciones arquitectónicas sufridas por los edificios.
Sobre las transformaciones en el edificio capitular porteño ver entre otros,
Gandolfi, Fernando, “Tres destinos. La Patria en ruinas”, en L’
Ordinaire Latinoaméricain, N° 212, Toulouse, 2010, pp. 127-156. Sobre las distintas interpretaciones
historiográficas en torno a la Revolución de Mayo ver Fradkin,
Raúl y Gelman, Jorge (coord.), Doscientos
años pensando la Revolución de Mayo, Sudamericana, Bs. As., 2010,
pp. 255-258; Cattaruzza, Alejandro, “La nación y sus pasados en la Argentina de
entreguerras: los historiadores, la enseñanza de la historia y el folclore en
la escuela”, en Entrepasados,
vol. 23, 2004. Reflexiones que apuntan a problematizar sobre la modernidad del
concepto de preservación patrimonial en Conti,
Alfredo, “La construcción del concepto de patrimonio en la Argentina entre 1910
y 1940”, en Anales LINTA, septiembre de 2009 [en
línea]
http://sedici.unlp.edu.ar/bitstream/handle/10915/29088/Documento_completo__.pdf?sequence=1 [consulta: 14/7/2014].
También Blasco, María Elida, “De
objetos a ‘patrimonio moral de la nación’: prácticas asociadas al
funcionamiento de los museos históricos en la Argentina de las décadas de 1920
y 1930”, Nuevo
Mundo Mundos Nuevos, 2012,
[en línea] http://nuevomundo.revues.org/64679 [consulta: 12/7/2014]
[7] Los edificios demolidos fueron por
ejemplo los de Santa Fe, Santiago del Estero, Corrientes y Tucumán.
El de Córdoba continuaba en pie, pero no estaba dotado de utilidad histórica y
tras sus muros se alojaban las dependencias policiales. Sobre la reconstrucción
del edificio de Luján ver Blasco, María Elida, 2011 a, ob. cit., pp. 41-58.
[8] Sobre las fiestas evocativas durante la década de 1920 ver Blasco,
María Elida, 2011 a, ob. cit., pp. 157-188. Durante la década de 1930, Blasco,
María Elida, “Política, hispanismo y catolicismo a través del Museo Histórico y
Colonial de la Provincia de Buenos Aires (Luján) entre 1930 y
[9] Ya desde la década de 1920 existía
consenso general en privilegiar los estudios históricos centrados en el período
colonial, particularmente el virreinal. Al respecto ver Pagano, Nora y
Rodríguez, Martha, “Las polémicas historiográficas en el marco de la
profesionalización y consolidación de la disciplina histórica”, en Estudios Sociales, N° 17, 1999, pp. 35-47.
[10] Abogado y
aficionado a los estudios históricos. En 1918 había participado de la comisión
que debía organizar el Museo Histórico y Colonial de la Provincia de Buenos
Aires con sede en el restaurado edificio del Cabildo de Luján y una vez
inaugurado el museo en 1923, siguió manteniendo contacto con la institución y
con su director. Pero, además, en la
presentación del Proyecto de Ley seguramente también primaban afectos e
intereses familiares: la esposa de Pueyrredón, Silvia María Dolores Saavedra
Lamas, era nieta de Andrés Lamas, quien a fines del siglo XIX había elaborado
el primer proyecto para instalar en ese edificio el Museo Histórico Nacional;
sobre este proyecto ver Blasco, María Elida, 2011, ob. cit., pp. 102-104. A su
vez, tanto el diputado Pueyrredón como su esposa eran descendientes de Cornelio
Saavedra, el primer presidente de la Junta de Gobierno constituida en Buenos
Aires en 1810, por lo tanto, el interés en la preservación del Cabildo era un
modo de respaldar también la participación de su propio linaje en la
construcción de la Argentina. Biografía de Pueyrredón en Zorraquín
Becú, Ricardo, “Carlos Alberto Pueyrredón”, en Boletín de la Academia Nacional de la Historia, Vol. LX,
1987, Academia Nacional de la Historia, Buenos Aires, 1989, pp. 345-350.
[11] Blasco, María Elida, 2014, ob. cit., p.
11. Biografía de Carlos Serrey en Aráoz, Ernesto, Carlos Serrey:
palabras del Dr. Ernesto M. Aráoz en el sepelio de sus restos, en la ciudad de
Salta, el 28 de setiembre de 1957, Salta, 1957, s/e.
[12] Sobre la modernización territorial ver Ballent, Anahí, “Kilómetro Cero: la construcción del
universo simbólico del camino en la Argentina de los años treinta”, en Boletín del Instituto de Historia Argentina y
Americana “Dr. Emilio Ravignani, N° 27,
2005, pp. 107-136. También Ballent, Anahí y Gorelik, Adrián, “País urbano o país rural: la
modernización territorial y su crisis”, en Cattaruzza,
Alejandro (dir.), Nueva
Historia Argentina, Crisis económica, avance del estado e incertidumbre
política (1930-1943), Sudamericana, Bs. As., 2001, pp. 143-200.
Sobre la visibilidad de Salta en la prensa ver por ejemplo los números de Nativa del año 1932; tomado de Flores Klarik,
Mónica, “De la
representación del salteño y sus tradiciones a la construcción de los primeros
discursos del turismo (1910-1945)”, en Álvarez Leguizamón, Sonia (comp.), Poder y Salteñidad. Saberes, política y representaciones sociales,
Centro promocional de Investigaciones en Historia y Antropología, Facultad de
Humanidades, Universidad Nacional de Salta, 2010 a, pp.
51-69.
[13] Fue el 20 de
abril de 1934. Al respecto ver el sitio web del Arzobispado de Salta. http://www.arquidiocesissalta.org.ar/arzobispado_salta.html
[consulta:
8/7/2014]
[14] Sobre el linaje de Ibarguren y la
construcción de su cosmovisión autoritaria ver Echeverría, Olga, “Entre los
mandatos familiares y la dinámica social. Carlos Ibarguren y su mandato al
autoritarismo”, en Entrepasados, N° 35, comienzos de 2009, pp. 89-107. Biografía de Solá
en Mendieta, Andrés, Historia de Salta. General Ricardo Solá, [en línea] http://www.portaldesalta.gov.ar/rsola.htm
[consulta: 8/7/2014]. Biografía de Atilio Cornejo en Quien es quien en la Argentina. Biografías
contemporáneas, Guillermo Kraft, Bs. As, Sexta edición, 1955,
p. 175. Su archivo y biblioteca privada constituyen los fondos principales de
la Biblioteca Provincial Dr. Atilio Cornejo de la ciudad de Salta. Al respecto
ver el sitio web http://www.biblioatiliocornejo.gov.ar/ [consulta: 8/7/2014]. Sobre Frías y la
historiografía salteña ver Bazán, Armando, “El noroeste”, en AAVV, La Junta de Historia y Numismática Americana y el
movimiento historiográfico en la Argentina (1893-1938), Academia Nacional de la Historia,
Bs. As., 1996, Tomo II, pp. 92-108. Sobre la transformación de Güemes en héroe,
Villagrán, Andrea, “‘El general gaucho’. Historia y representaciones
sociales en el proceso de construcción del héroe Güemes”, en Álvarez
Leguizamón, Sonia, 2010, ob. cit., [en línea] http://historiapolitica.com/datos/biblioteca/pasadoprov_villagran.pdf
[Consulta: 8/7/2014]
[15] Su padre era descendiente de una
tradicional familia salteña y tucumana emparentado con Martín Miguel de Güemes.
Biografía de Carlos Gregorio en Romero Sosa, Carlos María, Carlos Gregorio
Romero Sosa. Biografías de Salta [en línea] http://www.portaldesalta.gov.ar/romerososa1.html
[consulta: 8/7/2014]
[16] Congreso Nacional. Diario de
Sesiones de la Cámara de Senadores. Año 1934. Tomo I. Sesiones Ordinarias, del 25 de abril al 28
de agosto de 1934, Imprenta y Encuadernación del Congreso Nacional, Buenos
Aires, 1935, pp. 433-434.
[17] Los vínculos entre el director del Museo de
Luján y algunas familias nacionalistas y conservadoras de la élite de Salta se
incrementaron luego del Golpe de Estado de 1930 liderado por el salteño: desde
1932, luego de su muerte, se inauguró la Sala Uriburu en el Museo lujanense y una diversidad de objetos comenzaron a ser
trasladados desde la provincia de Salta hasta Luján con la anuencia de la
familia Uriburu. Sobre la Sala Uriburu en el Museo de Luján ver Blasco, María
Elida, 2011 b, ob. cit.
[18] La iniciativa había sido promovida por el
salteño Rafael Patricio Sosa mientras se desempeñaba como Presidente del
Consejo General de Educación de Salta durante la gestión del Gobernador Julio
Pedro Cornejo Uriburu. La propuesta había sido avalada por varios individuos
vinculados al Museo Histórico y Colonial de la Provincia de Buenos Aires e
incluso por su director. Según relatos de Sosa, el decreto de creación del
Museo fue firmado por el mismo cuando el gobernador Cornejo lo nombró Ministro
de Gobierno. La institución fue
inaugurada el 9 de julio de 1930 en la sede del Consejo General de Educación
ubicado frente a la plaza principal de la ciudad, en
perpendicular al edificio del Cabildo, donde actualmente se aloja
el Museo de Arqueología de Alta Montaña. Sobre el Museo Histórico, Colonial y
Artístico de la provincia de Salta ver Sosa, Rafael P., El cabildo de Salta. Edición de la Dirección Provincial de
Turismo y Cultura, Imprenta de la Legislatura, Salta, 1966; Guía
del Museo Colonial, Histórico y de Bellas Artes de la Provincia de Salta, Salta,
1959.
[19] Congreso Nacional. Diario de
Sesiones de la Cámara de Senadores. Año 1934. Tomo II. Sesiones
Ordinarias, Del 1° al 30 de septiembre de 1934, Imprenta y Encuadernación del
Congreso Nacional, Buenos Aires, 1935, pp. 21-25.
[20] El texto de la Ley en InfoLeg. Infomación Legislativa
[en línea]
http://www.infoleg.gov.ar/infolegInternet/anexos/185000-189999/186606/norma.htm
[consulta: 10/7/2014]
[21] La
institución fue puesta bajo la advocación de los patronos de la fundación de la
ciudad de San Felipe de Lerma. Su primera Comisión Directiva estuvo integrada
como sigue: presidente Ricardo Solá; vicepresidente Atilio Cornejo; secretario
Miguel Ángel Vergara; tesorero Rafael P. Sosa. Al respecto “Homenaje al
Gral. D. Manuel Belgrano por los 200 años de su actuación en el norte
argentino”, en lahoradeSalta.com.ar, 10 de octubre de 2012 [en línea]
http://www.lahoradesalta.com.ar/2012/10/10/homenaje-al-gral-d-manuel-por-los-200-anos-de-su-actuacion-en-el-norte-argentino/ [consulta: 10/7/2014].
Este Instituto integró a los miembros de la antigua
Sociedad Amigos de la Historia y a la Unión Salteña que hacia 1937 contaba con
una Sección Historia y una Junta de Estudios Históricos. Futuras investigaciones deberían
explorar las prácticas de estas asociaciones previas, que tuvieron actuación
destacada en el entramado de la vida cultural salteña desde la década de 1910.
Al respecto Alonso, Ricardo N. y Caro Figueroa, Gregorio, “La ‘Unión Salteña,
el Grupo Salta y un proyecto inconcluso”, en Iruya.com, 8 de abril de 2006; [en línea] http://www.iruya.com/iruyart/articulos/historia-tradicion/222-unialte.html [consulta: 10/7/2014].
Información reproducida en Gutiérrez, Teresita del Milagro, Los orígenes de la
museología salteña, [ponencia], en IV Encuentro Latinoamericano de
Bibliotecarios, Archivistas y Museólogos, 1-3 octubre de 2012, Biblioteca
Nacional, CABA. Agradezco a la autora en el envío de la ponencia.
[22] Doctor en Derecho y Filosofía y
Letras. Había defendido su tesis en 1928 en la Universidad Central de Madrid,
que versaba sobre Legislación sobre indios del Rio de la Plata en el siglo XVI.
Fue premiado por la Sociedad de Historia Hispanoamericana de Madrid; Quien en quien en la Argentina, 1955, ob. cit., p. 281.
[23] Los demás miembros eran Ramón J. Cárcano, Emilio Ravignani, José
Torre Revello, Luis Mitre, Benjamín Villegas Basavilbaso, Tomás R. Cullen,
Luis María Campos Urquiza, Alejo B. González Garaño,
Tomás Rufino Cullen y el teniente coronel Félix Best.
[24] Informe de Buschiazzo
al Presidente de la CNMyMyLH en diciembre de 1938. Boletín de la
Comisión Nacional de Museos y de Monumentos y Lugares Históricos, N° 1, Imprenta de la Universidad de
Buenos Aires, 1939, pp. 145-146. (En adelante BCNMyMyLH).
[25] Sesión del 4 de julio de 1939, BCNMyMyLH, N° 2, Imprenta
de la Universidad de Buenos Aires, 1940, p. 434. Ver también Solá, Ricardo,
“Monumentos y Lugares Histórico en la Provincia de Salta”, en BCNMyMyLH, N° 3, Imprenta de la Universidad de Buenos Aires, 1941, pp. 31-47.
[26] Biografía de Vergara en Frías, Viviana, “Miguel Ángel Vergara”, en
Portal Informativo de Salta [en línea]
http://www.portaldesalta.gov.ar/vergara.htm
[consulta 27/8/2014]
[27] El Museo Histórico del Cabildo y la
Revolución de Mayo abrió sus puertas el 17 de noviembre de 1939. Respecto a la
Ley 12.665 sancionada el 30 de septiembre de 1940 estableciendo la creación de
la CNMyMyLH ver Blasco, María Elida, 2012, ob. cit.
Sobre el Plan de Restauración en el interior ver BCNMyMyLH, 1941, ob. cit., pp. 10-11, 16, 454-459.
[28] Sobre la propuesta de la Asociación
Amigos del Arte ver carta del Presidente de la entidad a Levene
el 25 de abril de 1942, en BCNMyMyLH,
N°
5, Imprenta de la Universidad de Buenos Aires, 1943, p. 301. Respecto a la
restauración arquitectónica, según Buschiazzo la
fachada del edificio estaba conservada pero su interior destruido por lo que se
necesitaba recuperar algunos locales y cederlos a la Dirección General de
Arquitectura de la Nación en Salta para iniciar un relevamiento completo del
monumento; Informe de Buschiazzo en diciembre de
1941, BCNMyMyLH, 1941, ob. cit., pp. 484-485.
[29] Informe de Buschiazzo a Levene en abril de
1942, BCNMyMyLH, 1943, ob.cit., pp. 353-354.
Sobre
la propuesta de Levene de inaugurar el edificio en
septiembre ver “Actas. Sesión del 13 de abril de 1942”, en p. 483. El Señor y
la Virgen del Milagro son los Patronos tutelares de la ciudad de Salta. Los
“cultos del milagro” se inician cuando se bajan las imágenes de sus camarines y
se las coloca bajo los respectivos baldaquines a ambos lados del presbiterio
para ser visitadas por los devotos. Las celebraciones comienzan el 6 de
setiembre y se extienden hasta el 15; Ministerio de Gobierno y Turismo.
Gobierno de la Provincia de Salta, Circuito
pedestre. Material orientativo y de consulta para el examen de guías idóneas.
Ley de guías de Turismo de Salta N° 7404/06, Salta, p. 37, [en línea]
http://turismo.salta.gov.ar/images/uploads/2circuito_pedestre.pdf [consulta: 8/7/2014].
[30] Comunicación entre Levene y Cornejo en
“Exposición Histórico-Artística regional en el cabildo de Salta”, en BCNMyMyLH, 1943, ob. cit., pp. 300-301
[31] En 1939
Romero Sosa se instaló en Buenos Aires para estudiar en la Facultad de
Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires y era discípulo de Levene.
[32] La
institución se formó a mediados de 1942 con una comisión directiva integrada
por religiosos y laicos dedicados a la historia de la iglesia como Enrique Udaondo, César Blas Pérez Colman, Guillermo Furlong Cardiff, José Torre Revello
y el arquitecto Mario J. Buschiazzo, todos
integrantes de la CNMyMyLH. La historia de la Junta de Historia
Eclesiástica en Tanzi, Héctor J. “Historia de la
Junta Eclesiástica Argentina”, [en línea] http://www.jhea.org.ar/historia.html
[consulta: 10/7/2014].
[33] El pedido de Cornejo y la negativa de Levene en “Actas, sesión del 10 de agosto de 1942”, en BCNMyMyLH, 1943, ob. cit. p. 532. La propuesta de Buschiazzo en “Actas, sesión del 24 de agosto de 1942”, en
p. 545. En intercambio entre Cornejo y Levene en Archivo
Personal Ricardo Levene. Biblioteca Nacional del
Maestro, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, [en línea]
http://www.bnm.me.gov.ar/ebooks/reader/reader.php?mon=5&dir=09041095&num_img=09041095>
[consulta:
10/7/2014]
[34] Para una reconstrucción de lo
sucedido ver el Diario
Norte de
Salta entre el 2 y el 23 de septiembre de 1942.
[35] “El cura gaucho” narraba
la historia del cura cordobés José Gabriel Brochero
(1840-1914), fue dirigido por Lucas Demare y
estrenado en Buenos Aires el 25 de junio de 1941. A su vez, durante los meses previos a la realización de las fiestas
religiosas en Salta, varios pueblos de la provincia habían sido locación para
filmar “La guerra gaucha”, una película que narraba los sucesos ocurridos en
1817, durante las guerras de Independencia, teniendo como protagonistas a los
“gauchos” que respondían al general Martín Miguel de Güemes. El film fue
dirigido también por Demare y estrenado en Buenos
Aires el 20 de noviembre de 1942. Sobre las representaciones del pasado en
torno a la figura del gaucho ver Cattaruzza,
Alejandro y Eujanian, Alejandro, “Héroes patricios y
gauchos rebeldes. Tradiciones en pugna”, en Cattaruzza,
Alejandro y Eujanian, Alejandro, Políticas de la historia: Argentina 1860-1960, Alianza, Bs. As, 2003, pp. 217-262; Cattaruzza, Alejandro,
Los usos del pasado. La historia y la política argentinas en discusión,
1910-1945, Sudamericana, Bs. As., 2007, pp. 110-137.
[36] “Herencia
hispánica”, en Diario Norte, Salta, 12
de septiembre de 1942. También Diario Norte, Salta, 21
de septiembre de 1942.
[37] En los días cercanos a la
festividad, en el diario Norte de Salta hubo solo dos noticias
vinculadas a la exposición: el día que abrió sus puertas y el día que las
cerró.
[38] Carta de Cornejo a Levene el 20 de septiembre
de 1942, en BCNMyMyLH, 1943, ob. cit., pp. 302-306.
[39] Sobre el informe elevado por Levene ver “Memoria
correspondiente al año 1942”, en BCNMyMyLH,
1943, ob. cit., pp. 12-13. Cornejo elaboró el informe sobre los acontecimientos salteños leído en
las sesiones de la CNMyMyLH mientras Romero Sosa
diseño y prologó el catálogo de la exposición.
[40] Sobre la entrega de los locales a
los Amigos del Artes, “Actas, sesión del 5 de abril de 1943”, en BCNMyMyLH, N° 6, Imprenta de la Universidad
de Buenos Aires, 1944, p. 553. Sobre el Museo a cargo de Romero Sosa ver
“Actas, sesión del 3 de mayo de 1943”, en p. 565.
[41] Cornejo
continuó enviando informes a Buenos Aires sobre los antecedentes históricos de
la fachada del edificio del Cabildo, al respecto ver “Actas, sesión del 28 de junio de 1943”, en
BCNMyMyLH, 1944, ob. cit., p. 584. Sobre
gestiones de la CNMyMyLH ante distintos funcionarios
ver “Actas,
sesión del 5 de octubre de 1943”, pp. 617-620 y “Actas, sesión del 25 de
octubre” en pp. 624-625.
[42] En octubre
de 1943 el delegado de la CNMyMyLH de Tucumán
consultaba si la recién inaugurada Casa de la Independencia sería destinada a
Museo a lo que Levene respondió que no dado que se
estaba proyectando uno regional en el Cabildo de Salta; “Actas, sesión del 25 de octubre de
1943”, en BCNMyMyLH, 1944, ob. cit., p. 625.
[43] “Actas, sesión del 20 de diciembre
de 1943”, en BCNMyMyLH, 1944, ob. cit., p. 651. También “Memorias
correspondientes al año 1943”, en p. 8.
[44] El
Presidente Pedro P. Ramírez renunció y el 24 de febrero asumió el General
Edelmiro J. Farrell.
[45] Aprobación de mociones por las
sub-comisiones de museos y de monumentos en “Actas,
sesión del 21 de marzo de 1944”, en BCNMyMyLH, N° 7, Imprenta de la Universidad de Buenos
Aires, 1945, pp. 469 y 474.
[46] “Actas, sesión del 2 de mayo de
1944”, en BCNMyMyLH, 1945, ob. cit., p. 488.
[47] Sobre el altercado con Romero Sosa
ver “Actas, sesión del 9 de junio de 1944”, en BCNMyMyLH, 1945, ob. cit., p. 506. Sobre la instalación del museo y su
inauguración ver “Actas, sesión del 10 de julio de 1944”, en p. 515.
[48] Guillermo Furlong
propuso que en la Casa de los Uriburu convivieran dos museos. Levene se negó argumentando que se instalaría una
biblioteca, “Actas, sesión del 7 de noviembre de 1944” en BCNMyMyLH, 1945, p. 572.
[49] “Instalación del Museo Colonial,
Histórico y de Bellas Artes de Salta en el edificio del Cabildo”, BCNMyMyLH, N° 8, Imprenta de la Universidad
de Buenos Aires, 1946, pp. 411-414. Rafael P. Sosa había sido el promotor del
primer Museo Histórico, Colonial y de Bellas Artes instalado en 1928. Durante
el año 1944 había sido Interventor de la Municipalidad de
Salta y ahora se desempeñaba como Interventor del Consejo General del
Educación.
[50] “Decreto
N° 6803. Ministerio de Gobierno, Justicia e Instrucción Pública. Salta, 28 de
marzo de 1945”, BCNMyMyLH, N° 8, op.
cit., pp. 411-414; cita en p. 413.
[51] Respecto a la organización y puesta
en funcionamiento de museos generales u orientados a otras disciplinas durante
el siglo XIX y la primera mitad del XX ver Podgorny,
Irina, El argentino despertar de las faunas y de las gentes prehistóricas.
Coleccionistas, museos y estudiosos en la Argentina entre 1880 y 1910, Eudeba/Libros
del Rojas, Bs. As., 2000; El sendero
del tiempo y de las causas accidentales. Los espacios de la prehistoria en la
Argentina, 1850-1910, Prohistoria, Rosario, 2009. Podgorny Irina
y Lopes, M. Margaret, El desierto en una vitrina. Museos e historia
natural en la Argentina, 1810-1890, Limusa,
México,
2008. Farro, Máximo, La
formación del Museo de La Plata. Coleccionistas, comerciantes, estudiosos y
naturalistas viajeros a fines del siglo XIX, Prohistoria, Rosario, 2009.
[52] Ver “Actas, sesión del 4 de abril
de 1945”, en BCNMyMyLH,
1946, ob. cit., p. 581.
[53] Discurso completo en BCNMyMyLH, 1946, ob. cit., pp. 321-325; cita en pp. 323-324. El tratamiento del
acto en “Actas, sesión del 30 de abril de 1945”, p. 585.
[54] BCNMyMyLH, 1946, ob. cit., p. 326.
[55] Sobre la
trayectoria académica de Levene ver Rodríguez, Martha, “Cultura y educación bajo el
primer peronismo: El derrotero académico institucional de Ricardo Levene”, en Pagano, Nora y Rodríguez, Martha (comp.), La historiografía rioplatense de la segunda posguerra, La Colmena, Bs. As., 2001, pp.
39-65.
[56] “Memoria correspondiente al año
1947”, en BCNMyMyLH, N° 9, Imprenta Ferrari Hermanos, Bs. As., 1948,
p. 8. Documentos sobre la creación del Museo Histórico del Norte en pp.
329-330. También p. 434.
[57] Sobre instituciones fundadas para definir
y administrar la política cultural a nivel nacional durante el peronismo ver Fiorucci, Flavia, “Reflexiones sobre la gestión cultural bajo el Peronismo”, en Nuevo Mundo Mundos Nuevos, 2008 [en línea] http://nuevomundo.revues.org/24372 [consulta:
10/7/2014]
[58] Flores Klarik,
Mónica, “Sobre la
institucionalización de las prácticas del turismo y la popularización de la
imagen salteña (1945-1970)”, en Álvarez Leguizamón, Sonia (comp.),
Poder y Salteñidad.
Saberes, política y representaciones sociales, Centro promocional de
Investigaciones en Historia y Antropología, Facultad de Humanidades,
Universidad Nacional de Salta, 2010 b, pp. 169-182.
[59] Antonio P. Castro había dirigido el
Palacio San José de Entre Ríos y desde 1945 ejercía la dirección del Museo
Sarmiento, ambos dependientes de la CNMyMyLH. Acevedo
Díaz asumió el 25 de junio de 1948 y la entidad realizó su primera sesión el 1°
de julio, al respecto ver BCNMyMyLH,
N° 11, Talleres
Gráficos Didot, Bs. As., 1949, p. 7.
[60] Memoria elevada por Vergara al
Presidente de la CNMyMH el 9 de abril de 1949, BCNMyMyLH, 1949, ob. cit., p. 425.
[61] Respecto a las colecciones de
objetos de carácter religioso, se sabe que el Capellán
del Ejército donó algunas piezas para la sección vida social y doméstica;
Vergara aportó “varios centenares de piezas públicas y privadas de personajes y
acontecimientos históricos pertenecientes a esta región de Salta y Jujuy” y el
Arzobispo Tavella prometía entregar en custodia
algunas de la época colonial; en BCNMyMyLH,
1949, ob. cit., pp. 76 y 427. Sobre las colecciones arqueológicas, algunas
fueron donadas por el dramaturgo, arqueólogo y ex sub-secretario de Hacienda, Obras Públicas y Fomento de la
Intervención Federal de Salta, Rodolfo Amadeo Sirolli,
quien se encontraba excavando en algunas zonas de la ciudad.
Otras eran colecciones particulares de urnas funerarias de los valles
Calchaquíes recolectadas por el fallecido ingeniero Víctor Arias y donadas por
su esposa. Información sobre las colecciones en “Esta tarde será inaugurado el Museo Regional del Norte que
cuenta con valiosas piezas históricas”, El
Intransigente,
Salta, 14 de agosto de 1949.
[62] Recordemos
que en 1948, mientras se formaban las colecciones del nuevo museo, el Día de la
Tradición se fijó como efeméride en todo el país. Sobre una historia del folclore y su desarrollo en las
provincias del Noroeste ver Chamosa, Oscar, Breve historia del folclore argentino: 1920-1970. Identidad,
política y nación, Edhasa, Bs. As. 2011. Sobre
el Día de la Tradición ver Cattaruzza, Alejandro,
2007, ob. cit., p. 132. El Museo Histórico del Norte inauguró la sección de
“Folklore Calchaquí” el 1° de julio de 1950 y la sección “Folklore Indígena del
Chaco Salteño”, el 22 de noviembre; al respecto ver Museo Histórico del Norte,
informes de su director, en BCNMyMyLH,
N° 13, Establecimientos Gráficos E.G.L.H, Bs. As., 1956, pp. 116-117.
[63] El 31 de mayo el Presidente había aceptado la renuncia del
primer gobernador peronista de Salta, Lucio Alfredo Cornejo Linares derivada de una feroz represión policial que dejó
al menos 4 muertos y decenas de heridos. A eso se sumaban conflictos
familiares, disputas jurídicas y luchas políticas intensas. Sobre este último
tema ver Neiburg, Federico, “Intimidad y esfera pública.
Política y cultura en el espacio nacional argentino”, en Desarrollo
económico, Vol. 43, N° 170, julio- septiembre, 2003, pp. 287-303.
[64] En el marco del “Plan integral de
política cultural” diseñando por la Comisión Nacional de Cultura, en 1949 la
Subsecretaría a cargo de Castro implementó una especie de “centro cultural
itinerante” que trasladaba conjuntos teatrales y artísticos, orquestas,
exposiciones pictóricas, escritores y libros al interior del país; al respecto Fiorucci, Flavia, La
administración cultural del peronismo. Políticas, intelectuales y Estado, Latin
American Studies Center, University
of Maryland, 2007, p. 15; [en línea]
http://www.lasc.umd.edu/Publications/WorkingPapers/NewLASCSeries/WP20(FlaviaFiorucci).pdf
[consulta: 10/7/2014]
[65] Entre ellos, su Presidente Eduardo Acevedo
Díaz, los vocales Héctor C. Quesada, Antonio Aprais,
José Ignacio Iturralde y el secretario José Luis Busaniche.
También había viajado el Director del Museo Mitre, Juan Ángel Farini. Reconstrucción de lo sucedido en “La ceremonia
inaugural del Museo Regional del Norte”, Diario
Norte,
Salta, 13 de agosto de 1949; “Ayer quedó inaugurado el Museo Regional del
Norte” y “Ayer arribó a nuestra ciudad la Comisión Nacional de Cultura”, Diario Norte, Salta, 15 de agosto de 1949.
[66] Neiburg, Federico, 2003, ob. cit.
[67] “Museo Histórico del Norte (Salta).
Acto de inauguración realizado el día 14 de agosto de 1949 en el Cabildo de
Salta. Discurso del señor presidente de la Comisión Nacional de Museos,
Monumentos y Lugares Históricos, Dr. Eduardo Acevedo Díaz”, BCNMyMyLH, N° 12, Talleres Gráficos Cervantes, Bs. As., 1952, pp. 220- 224.
[68] “Museo
Histórico del Norte (Salta). Acto de inauguración realizado el día 14 de agosto
de 1949 en el Cabildo de Salta. Discurso del señor presidente de la Comisión
Nacional de Museos, Monumentos y Lugares Históricos, Dr. Eduardo Acevedo Díaz”,
BCNMyMyLH, N° 12, op.
cit. p. 223
[69] Reformulando tradiciones simbólicas diferentes, hacia 1947 y 1948 la
gráfica conmemorativa peronista del Día de la Raza y del Día de la Tradición
representaban en espejo la silueta del gacho y la del conquistador y la
indígena americana con la Reina Católica; Gené,
Marcela, Un mundo feliz.
Imágenes de los trabajadores en el primer peronismo, 1946-1955, Universidad de San Andrés/ Fondo
de cultura Económica, Bs. As., 2005, p. 113
[70] “Museo Histórico del Norte (Salta). Acto de inauguración realizado el día 14 de agosto de 1949 en el Cabildo de Salta. Discurso del señor presidente de la Comisión Nacional de Museos, Monumentos y Lugares Históricos, Dr. Eduardo Acevedo Díaz”, BCNMyMyLH, N° 12, op. cit. p. 224.
[71] “Museo Histórico del Norte (Salta).
Acto de inauguración realizado el día 14 de agosto de 1949 en el Cabildo de
Salta. Discurso del señor director, monseñor Miguel Ángel Vergara”, BCNMyMyLH, N° 12, ob. cit., pp. 219-220.
[72] La convivencia del
Museo Histórico del Norte de carácter nacional alojado en la planta baja del
edificio capitular y del Museo Colonial, Histórico y de Bellas Artes de la
Provincia en el primer piso, permaneció hasta 1982
cuando las colecciones de arte del éste último fueron trasladadas al
Museo de Bellas Artes erigido en la casa mandada a construir por el Coronel
Félix Arias Rengel en el siglo XVIII y las históricas se fusionaron con las del
Museo Histórico del Norte. En el marco de las
conmemoraciones por el IV Centenario de la fundación de la ciudad, en
ese año también se erigió el monumento al Virrey del Perú Francisco de Toledo
instalado en la “plazoleta Cuatro Siglos”, a un costado de la catedral, dando
mayor realce a la estirpe colonial de la ciudad de Salta.