Reflexiones en torno a la cosmovisión del cuidado del territorio por
mujeres indígenas guaraníes de la Provincia de Jujuy
[Reflections
on the guaraní indigenous women's worldview of caring for the territory in
Jujuy Province]
[Reflexões sobre a visão de mundo
dos cuidados do território de guarani
indigenous women of the Província de Jujuy]
Universidad Nacional de Salta. Facultad de Humanidades. Escuela de
Historia.
Colectivo
de Mujeres del Chaco Americano
Ximena Ayelén Vilcay
Universidad
Nacional de Córdoba, Facultad de Ciencias Sociales.
Colectivo
de Mujeres del Chaco Americano
Resumen: Narrar la experiencia de
activismo y militancia de mujeres indígenas guaraníes que habitan el territorio
chaqueño de la Provincia de Jujuy permite reconocer las implicancias, las
vinculaciones históricas y los procesos colectivos y organizativos relacionados
con sus cuerpos, el territorio y la tierra, desde una perspectiva intercultural
e intergeneracional. Se constata que ellas han venido desarrollando de forma
insurgente acciones de agencia e incidencia política en defensa de sus
derechos, por un vivir bien y saludable. Esto, en el marco de una lucha
constante contra las violencias sistemáticas que afectan a nuestros cuerpos,
comunidades y territorios, producto del sistema capitalista, patriarcal, adultocentrista y biomédico. Los diálogos apreciativos y
generativos, junto con las acciones colaborativas que se mantienen entre
abuelas, madres e hijas jóvenes, han permitido la transmisión de los saberes y
las prácticas ancestrales en torno a la medicina tradicional, la salud
comunitaria-colectiva, la educación intercultural, el cuidado y autocuidado, la
gestión de lo socio-comunitario, y la gobernanza de la tierra y el territorio.
A partir de la narrativa escrita, se visualizan las transformaciones y los
proyectos desarrollados, desde modos de poder, saber, ser y convivir, que
insistentemente buscan descolonizar las estructuras, las conversaciones, los
mecanismos de opresión, las desigualdades, las disociaciones, las simplificaciones
y la neutralidad.
Summary: This research explores the
activism and militancy of Guaraní indigenous women living in the Chaco region
of Jujuy Province, Argentina. It examines the historical connections,
collective organizing processes, and the impact of their actions on their
bodies, territory, and land, all through an intercultural and intergenerational
lens. The study reveals how these women have been actively engaging in
political agency and advocacy, fighting for their rights and a good and healthy
life. This struggle takes place within a context of systematic violence against
their bodies, communities, and territories, stemming from a capitalist,
patriarchal, ageist, and biomedical system. The research highlights the
importance of appreciative and generative dialogues, as well as collaborative
actions between grandmothers, mothers, and young daughters, which have
facilitated the transmission of ancestral knowledge and practices related to
traditional medicine, community-based health, intercultural education, care and
self-care, socio-community management, and governance of land and territory.
Through the written narratives, the study reveals transformations and projects
developed from perspectives of power, knowledge, being, and co-existence, which
persistently seek to decolonize structures, conversations, mechanisms of
oppression, inequalities, disconnections, simplifications, and neutrality.
Resumo: Narrando a experiência do ativismo e a militância de mulheres indígenas Guarani que habitam o território de Chaco da província
de Jujuy permite reconhecer as implicações,
vínculos históricos e processos coletivos
e organizacionais relacionados a seus
corpos, território e terra, de uma intergênica
e intergérico perspectiva. Verificou
-se que eles desenvolvem
insurgentemente as ações de agência
e incidência política em
defesa de seus direitos,
para uma vida boa e saudável.
Isso, dentro da estrutura
de uma luta constante
contra a violência sistemática que afeta nossos corpos,
comunidades e territórios, produto
do sistema capitalista, patriarcal, para adultocentristas
e biomédicos. Os diálogos apreciativos e generativos, juntamente com as ações colaborativas que são mantidas entre avós, mães e filhas
jovens, permitiram a transmissão de conhecimento e práticas ancestrais em torno da medicina tradicional, saúde
da coleta comunitária, educação
intercultural, cuidados e autocuidado, o Gerenciamento
da Sociomunidade e a Governança
da Terra e do Território. A partir da narrativa
escrita, as transformações e projetos
desenvolvidos são
visualizados, a partir de modos de poder, conhecimento,
ser e vida, que insistentemente buscam descolonizar
as estruturas, conversas, mecanismos de opressão, desigualdades, dissociações,
simplificações e neutralidade.
Palabras claves: Cosmovisión,
mujer guaraní, cuerpo, territorio.
Keywords: Worldview, guaraní woman, body, territory.
Palavras -chave: visão de mundo, mulher guaraní, corpo, território.
La
presente sistematización de la experiencia de mujeres chaqueñas tiene como
objetivo reflexionar sobre el activismo y la militancia de las mujeres
indígenas guaraníes de la provincia de Jujuy, Argentina, junto a otras mujeres
de zonas cercanas y del vasto territorio del Gran Chaco Sudamericano, en
defensa de sus cuerpos, tierras y territorios, así como la preservación y
transmisión de la cosmovisión ancestral. También busca describir los procesos
organizativos y las acciones de incidencia política y pública en materia de
derechos humanos de las juventudes diversas de ese territorio, entendidas no sólo como una
continuidad y un recambio, sino como un puente entre los abuelos y los jóvenes,
desde su especificidad generacional.
Mediante
la transversalización de fuentes bibliográficas y
orales se pudo visibilizar y problematizar las violencias sistemáticas que
afectan a los cuerpos, comunidades y territorios, causadas por el sistema
capitalista, patriarcal, adultocentrista y biomédico.
Tomando como eje de la reflexión los diálogos apreciativos y generativos, que
se han sostenido entre abuelas, madres e hijas jóvenes, que resultaron clave
para la transmisión, preservación y conservación de los saberes y prácticas
ancestrales sobre la medicina indígena tradicional y colectiva, el cuidado y
autocuidado, la gestión de lo socio-comunitario, la autonomía económica, la
gobernanza de la tierra, el territorio y el trabajo colaborativo y mancomunado.
Son estos diálogos los que subvierten aquello que no ha sido mencionado, dándole
existencia y palabra escrita "en primera persona" a los relatos de
vidas. Estos se expresan en la posibilidad de entretejer caminos para pensar y
vivir desde un horizonte de sentido intercultural y decolonial.
Ahora bien, la cosmovisión de las mujeres
indígenas concibe al territorio como una extensión de sus propios
cuerpos y de lo comunitario, caracterizándose por un sentir-saber-hacer
cosmopolita que busca descolonizar la dicotomía entre naturaleza y sociedad,
impuesta por el capitalismo y el paradigma occidental moderno[1], y
recuperar el reconocimiento de cada realidad social, así como la interacción
entre contextos singulares no institucionales, entendiendo que estos pueden
resignificar las interacciones sociales de la vida comunitaria.
Es decir, las luchas, resistencias, defensas y transgresiones de las
mujeres indígenas guaraníes expresan la acción política de sus
cuerpos-territorios como parte de un cuerpo colectivo en coexistencia. Estas
luchas persisten en la ocupación de espacios de decisión sobre el destino de
los pueblos, buscando recuperar, visibilizar, sostener y perpetuar las
memorias, las narrativas, la identidad y las condiciones básicas para la
existencia y (re)creación plena. Esto constituye un mecanismo de resistencia y
una propuesta descolonizadora coherente con la noción del Buen Vivir, propia de
los pueblos ancestrales.
En este sentido, las referencias han sido los diálogos apreciativos y
generativos entre abuelas, madres e hijas jóvenes, los cuales han permitido la
transmisión, preservación y conservación de los saberes y prácticas ancestrales
sobre la medicina indígena tradicional y colectiva, el cuidado y autocuidado,
la gestión de lo socio-comunitario, la autonomía económica, la gobernanza de la
tierra y el territorio, y el trabajo colaborativo y mancomunado. Estos
diálogos, cargados de significados y representaciones sociales, subvierten lo
que no ha sido mencionado, dándole existencia y palabra escrita “en primera
persona” a los relatos de vida. Por ello, el planteamiento de Zaidam es central para indagar en esos relatos que emergen
de experiencias con temporalidades distintas, surgiendo desde espacios
cercanos, medios y lejanos a través del diálogo apreciativo con el colectivo de
mujeres indígenas guaraníes. Este enfoque reconoce que las experiencias y las
historias de vida generan nuevos significados y prácticas alternativas,
proyectando la construcción de otras realidades[2].
Como señala Kornblit, este es el camino para
constituirse en una alternativa que plantee el desafío de reintegrar los
sentidos individuales atribuidos a la experiencia dentro del contexto social en
el que surgen, siendo esta la única vía de trascender lo particular y construir
un saber más profundo sobre lo social[3].
Estos relatos dan cuenta de una memoria compartida a partir de las
experiencias de vida con otras mujeres, que nutren de inspiración y
orientación. Cuando hablamos de “otras mujeres”, nos referimos a la agencia en
las narrativas y prácticas de mujeres indígenas, especialmente guaraníes,
preocupadas por sostener la vida en la continuidad comunitaria y la
cotidianidad, a través de la relación entre los seres humanos y los seres de la
naturaleza que habitan el mismo territorio.
El reconocimiento de la temporalidad histórica del ser mujer indígena y
el proceso singular de comprensión de las opresiones y la construcción de
estrategias propias de liberación ha permitido valorar que la lucha colectiva
por el territorio implica alianzas y diálogos, tal como señala Cabnal, se trata de una femealogía
de mujeres indígenas (genealogía, memoria e historia) con otros feminismos: los
comunitarios, los campesinos, los urbanos, los negros, etc.[4]
Asimismo, estos procesos organizativos son medios para desmontar el
racismo, el colonialismo y el patriarcado: “…que viene de afuera (...) y el que
vive dentro de nosotras y que reproducimos (...) Esto puede liberarse a través
de formas y prácticas de sanación consciente a nivel individual y colectivo”[5],
avanzando hacia la interconexión entre redes de reciprocidad, cuidado y formas
organizativas y asociativas. Reconociendo, como afirma Hernández, “a cada una
de nosotras y a las otras con las que establecemos interacciones e intercambios
decisivos, a la hora de generar y mantener una identidad subjetiva y colectiva,
el apoyo social y el brindado mutuo de servicios e información”[6].
En definitiva, la dinámica colectiva de las mujeres y sus distintas
generaciones, permitió consolidar un abanico de posibilidades e intercambios
materiales-simbólicos para comprender sucesos particulares desde los saberes y
experiencias y fortalecer las relaciones intergeneracionales. Así se elaboraron
proyectos sobre:
●
Proceso de deconstrucción y construcción de procesos educativos
desde las diferencias y la interculturalidad, a través de espacios virtuales de
formación y facilitación.
●
Recuperación de los saberes y prácticas de la salud ancestral con
la elaboración y ejecución de huertas comunitarias de plantas nativas
medicinales, con la preservación de las semillas.
●
La educación no-formal, comunitaria e intergeneracional en los
procesos de trabajo colaborativos mediante la confección de trajes
tradicionales o arte textil.
Entendemos que el rescate de una experiencia de protagonismo particular,
en el intercambio de saberes, sentidos, narrativas y prácticas vividas, situada
en las localidades de San Pedro y Libertador General San Martín de la provincia
de Jujuy, parte de la comprensión de las interacciones sociales de la vida
cotidiana de las mujeres jóvenes que han basado su trabajo colaborativo y su
participación política en un marco de sentido de un cuerpo colectivo en
coexistencia con otros cuerpos colectivos.
Surge entonces la pregunta sobre en qué medida los liderazgos juveniles
de mujeres forman parte de esa maquinaria comunitaria politizada, como una
práctica alternativa y coherente con la noción del Buen Vivir de los pueblos
ancestrales. Se plantea, así como una condición de posibilidad para pensar una
gestión territorial, articulación e incidencia política, a partir de la
revalorización de una nueva forma de relación, entre mayores y mujeres jóvenes,
reconociéndose como sujetos de derechos.
En el proceso del activismo, se cuestionan las situaciones de exclusión
y desigualdad que afectan a las juventudes y en particular a las mujeres. Así,
en la obra “Cuerpo, territorio y feminismo”[7],
se identifican las intersecciones de las relaciones opresivas y se describen
las acciones y estrategias colectivas de disputa y de resignificación,
las cuales han fortalecido y redefinido las experiencias vitales del colectivo
juvenil; en relación con otros jóvenes de proximidad y/u organizaciones de base
que defienden la tierra, el territorio y los derechos humanos.
Algunos especialistas sostienen que se ha constituido una identidad
juvenil unívoca, pero a la vez basada en la diversidad, evitándose reproducir
las “formas adultas” de participación y sorteando “las exclusiones que se
expresan en la idea de ‘esfera pública’ de la democracia liberal (de género, de
etnia, etc.)”[8].
Así, por ejemplo, como modo estético de visibilización
política, organizativa y de expresión autogestiva, se
porta la remera y la bandera del Colectivo de mujeres del Gran Chaco americano,
en cada espacio de participación oral y escrita.
Si bien se han transitado múltiples y diversos espacios se han
encontrado dificultades para dar a conocer las opiniones y la toma de la
palabra, y en ocasiones, no pudieron proponer debates sobre situaciones o
problemáticas que afectan el territorio. También se encontraron con obstáculos
para la participación en la elaboración, diseño y ejecución de políticas,
programas y proyectos sociales de los que eran “beneficiarias”. Y además fueron
persuadidas para responder a objetivos ajenos a los deseos e intereses, aunque
se decía que les favorecían.
No obstante, en cada uno de esos espacios ocupados, se logró generar
alianzas subversivas, políticas y feministas, en donde se cuestionó la necesidad
de pensarse como sujetos políticos y éticos, capaces de construir con otros
jóvenes, nuevos sentidos para un mejor vivir[9].
De este surgieron redes de comunicación, trabajo, cooperación, proximidad e
intercambios de amistad, que posibilitaron procesos de ruptura con lo dado, despatriarcalizando y desadultocentrando.
Cabe destacar la motivación de promover las habilidades y destrezas
individuales y colectivas de las jóvenes para el sostenimiento autónomo e
inclusivo de sus vidas cotidianas, fortaleciéndose su capacidad de agencia y
activismo. Lo que permitió la implementación de redes de cuidado y autocuidado
entre pares, reflejados en procesos psicosociales de elaboración de proyectos
vitales, encaminados en la promoción de la vida en el cuidado de la salud.
Con ello se busca socializar un conjunto de herramientas digitales
necesarias para modificar las relaciones desiguales de convivencia y dar
respuestas a la falta de oportunidades laborales, culturales, sociales y de
participación ciudadana para las jóvenes. Así pues, las actividades laborales y
económicas giran en torno a la producción y el emprendedurismo
de manera sustentable y sostenible, tal como lo puede significar la agricultura
familiar, la agroecología, la artesanía, la gastronomía, entre otros. Las que
contribuyen significativamente al bienestar de las personas, la equidad social
y de género, al mantenimiento de la salud integral, la conservación de los
saberes ancestrales, la reducción de los daños ambientales y la promoción del
trabajo comunal, organizativo y territorial.
Con la finalidad de generar espacios de diálogo, intercambios reflexivos
y la construcción de rutas de aprendizaje colaborativos, de manera virtual y
presencial, con y entre las jóvenes en torno a sus actividades económicas. Esto
ha permitido fortalecer los lazos de colaboración y la promoción del sentido de
pertenencia regional a partir de sus proximidades territoriales. Potenciándose
las capacidades, habilidades y destrezas de cada joven en el liderazgo de sus
proyectos de vida.
En definitiva, se busca la co-construcción de
una ética del cuidado centrada en las jóvenes, que interpelan el desarrollo
actual de las actividades económicas y la generación colectiva de prácticas
saludables de cuidado y autocuidado. Estas prácticas son, en sí mismas,
acciones de adaptación y mitigación al cambio climático en el territorio
jujeño, con el objetivo de solidificar estas economías justas, la justicia de
género y la justicia climática. En efecto, al reconocer y valorar la diversidad
y las diferencias dentro del colectivo,
permite dialogar en torno a intereses, temas y problemáticas que interpelan y
atraviesan de manera común en la región, aunque con impactos distintos según el
territorio local. En esa diversidad, se han recuperado experiencias, re-creado
nuevos saberes y relaciones con/entre otras/os, donde se construyen sentidos,
proyectos colectivos, desafíos y sueños, cuestionando las verdades aceptadas.
Por ello, los diálogos reflexivos que sostienen son espacios generativos, de
constante movimiento de construcción comunicacional, acción comunicativa de
narrativas y de aprendizaje colaborativo.
Para finalizar y en base a lo sugerido por Kremer “...la necesidad de crear y sostener diversas
articulaciones entre las luchas pudiendo generar diálogos que favorezcan las mismas
(...) La politicidad de las demandas de las mujeres y
diversidades sexuales, da cuenta de la articulación de las nuevas resistencias
que dinamizan y complejizan los campos de acción política…”[10]
. Es posible sostener que son los procesos de activismo y militancia que, de
manera insurgente, las mujeres chaqueñas han desplegado histórica y
situadamente en defensa de los cuerpos, los territorios, las tierras, las
comunidades y las organizaciones los que inciden políticamente y delimitan una
identidad cosmopolítica con horizontes emancipadores,
que garantizan los derechos humanos y la justicia social.
Se trata de una ética del cuidado que reconoce el valor y la importancia
de la diversidad de actividades que las mujeres realizan para el sostenimiento
de la vida cotidiana[11]
(OXFAM América Latina, 2022). Y que son sus acciones, impregnadas de lucha,
valentía, transgresión, resistencia, poder, autonomía, convicción y amor, las
que continúan problematizando y deconstruyendo los
esencialismos culturales, los fundamentalismos étnicos, la heterorealidad
cosmogónica y la episteme colonial, que históricamente han expropiado el primer
territorio de poder de sus propios cuerpos hermanados y conectados con la
tierra y el territorio al que pertenecen, luchando por la sanación y la
liberación, transmitiendo el conocimiento del ser-saber-sentir-hacer, de una
identidad étnica emancipada y de una cosmovisión y sexualidad liberadora[12].
[1] Marisol De la Cadena, “Cosmopolítica
indígena en los Andes: reflexiones conceptuales más allá de la «política»”, Tabula Rasa, no. 33 (2020), 273-311.
[2] Véase en Daniel Zaidam, “El diálogo apreciativo en el proceso comunitario
intercultural (propuesta teórico- práctica)”, Revista Extremeña de Sociología (ACISE), no. 7 (2015), 41.
[3] Véase en Ana Lía Kornblit, Metodologías cualitativas en ciencias
sociales: Modelos y procedimientos de análisis. (Buenos Aires: Biblos, 2007), 15 – 27.
[4] Véase en Lorena Cabnal, “Agenda
Feminista y Agenda Indígena: Puentes y Desafíos”, en Mujeres en Diálogo: Avanzando hacia la Despatriarcalización
en Bolivia, (La Paz: Editora Presencia SRL, 2012), 53–61.
[5] Lorena Cabnal, “Agenda Feminista y Agenda Indígena”, 53-61.
[6] Véase en Mauricio Hernando Bedoya Hernández, “Redes del
cuidado: Ética del destino compartido en las madres comunitarias antioqueñas”, Revista Latinoamericana de Ciencias
Sociales, Niñez y Juventud, vol. 11, no. 2, (julio-diciembre 2013),
741-753.
[7] Véase en Alicia Migliaro
González, Dina Mazariegos García, Lorena Rodríguez Lezica
y Juliana Díaz Lozano, “Interseccionalidades en el
cuerpo-territorio”, en Cuerpos,
Territorios y Feminismos Compilación latinoamericana de teorías, metodologías y
prácticas políticas. (Quito-Ecuador/México, 2020).
[8] Véase en Susana Andrada, “Nuevos territorios para la participación infanto juvenil”. La
experiencia de la Red de Infancias de Malagueño, 2018.
[9] Véase en María Galindo. “Estructuras patriarcales, andinas
y procesos de despatriarcalización” (ponencia
presentada en la Diplomatura de Feminismos comunitarios, campesinos y populares
en Abya Yala. UNJU. (Clase
Nº1. 05 de octubre de 2022).
[10] Véase en Liliana Kremer. “Feminismos y educación: otros lenguajes que
proporcionan sentido al intercambio”. Momento-Diálogos
em Educação, vol. 27,
no 3 (2018), 154-177.
[11] Véase en Comité de Oxford de Ayuda contra el Hambre
(OXFAM), “Justicia Climática y de Género. Para la sostenibilidad de la vida y la resiliencia
Climática”, https://lac.oxfam.org
(consultada en
julio de 2022).
[12] Cabnal, “Agenda Feminista y
Agenda Indígena”, 53–61.